Economía de Puerto Rico 1898-1950
Capítulo I –Puerto Rico ante el Proyecto de
Industrialización
A. Trasfondo
Histórico 1898- 1940
En 1898 Puerto Rico dejó de ser una colonia
española para convertirse en una colonia estadounidense por virtud del Tratado
de Paris concertado entre España y Estados Unidos al finalizar la guerra
Hispano- Americana . A tenor con las dispociones de dicho pacto , la llamada
madre patria cedió la isla de Puerto Rico y sus islas adyacentes al gobierno
de Estados Unidos al mismo tiempo que
ponía el destino político del país en manos del Congreso Federal
Norteamericano. Las consecuencias de ese trato entre ambos imperios dejaron a
Puerto Rico asimilado política y económicamente al orden jurídico
-constitucional de los Estados Unidos sin que tal condición haya sido modificada
substancialmente desde el cambio de soberanía. [1]
Al pasar de un imperio a otro la isla sufrió
transformaciones forzosas en el modelo económico. España era una potencia
mercantilista gobernada por una monarquía parlamentaria mientras Estados Unidos
una nación capitalista e industrializada dirigida por una república federal democrática.
Los Estados Unidos conjuntamente con Alemania fueron los principales representantes
de la Segunda Revolución Industrial[2] . El despegue de la
industrialización norteamericana se hace presente desde las primeras décadas
del siglo XIX, pero es después de la Guerra Civil (1861-1865) cuando va a
llegar a una etapa de maduración, que en el siglo XX la colocaron como potencia
mundial. Es decir, Estados Unidos de ser una nación no desarrollada, agrícola y
exportadora de materias primas se convirtió en una nación desarrollada,
manufacturera y acreedora.
El desarrollo económico
de Puerto Rico se ha dado de forma lenta y errática a través de la historia.
Durante el dominio español, la base de la economía la constituyó el monocultivo
de caña de azúcar. Durante las primeras tres cuartas partes del siglo XIX la
economía de la isla fue una fundamentalmente agrícola. Se cultivaba y se exportaba
caña de azúcar, tabaco y café. En este periodo, la agricultura de subsistencia
comenzó a perder terreno ante el avance de la agricultura destinada a abastecer
los mercados del exterior. La explotación de la tierra para la exportación de
estos tres productos, provocó no sólo la reducción de la agricultura de
subsistencia, sino también el que Puerto Rico se convirtiera netamente en un
país importador de alimentos.
El desarrollo de nuestra
agricultura fue pausado hasta que pasamos al dominio de los Estados Unidos en
el 1898. Durante las tres primeras décadas del siglo XX, los Estados Unidos intentaron
cambiar sin éxito el modelo económico y social de Puerto Rico. A su llegada al
país en 1898, los estadounidenses se encontraron con la necesidad de imponer un
nuevo modelo económico y social en la isla, ya que los existentes parecían
estar anclados en la época feudal. Tras su llegada a los norteamericanos
pronto tomaron el control de la producción de azúcar, la mayor fuente de
inversión de la isla en esos momentos.
El antiguo estilo
patriarcal de pequeñas granjas, donde empleados y propietarios trabajaban la
tierra juntos y que era tan típico de la sociedad española de la época, fue
rápidamente sustituido por grandes corporaciones que aportaban maquinaria
pesada y liberaban a los dueños de las tareas de la tierra. En poco tiempo los
pequeños granjeros fueron discriminados a favor de las grandes superficies de
tierra cultivable que para 1930 ya habían invertido alrededor de 120 millones de
dólares en el sector.
La presencia y dominio de
las grandes compañías provocaría un grave problema económico en la isla, ya
que, aunque la Ley Foraker de 1900 prohibía que una empresa controlara más de
500 acres de tierra, cuatro grandes corporaciones bajo control estadounidense:
The South Porto Rico Sugar Company, The Fajardo Sugar Company, Central Aguirre
Asociados y The United Puerto Rico Sugar Company, controlaban más del 50% de la
producción de azúcar de la isla.
El economista Edwin
Irizarry Mora sintetiza el momento de la guerra Hispanoamericana en donde
Puerto Rico fue invadido por las fuerzas navales de Estados Unidos, ya era
evidente que el país era algo más que un puñado de gente empobrecida, como se
ha pretendido establecer en las versiones oficiales estadounidenses. La
economía y la sociedad puertorriqueña funcionaban de forma coherente dentro del
sistema de explotación de las grandes masas de trabajadoras rurales, y en menor
grado urbanos , que constituían el motor que generaba su dinamismo .La banca ,
el comercio ,la manufactura y sobre todo ,la agricultura eran industrias con
sentido de organización y de dirección , aun dentro de las enormes limitaciones
impuestas por España .Aunque el sistema político apenas comenzaba a
desarrollarse ,la búsqueda de libertades civiles individuales colectivas en
anheladas por no pocos dirigentes .
Además, Edwin Irizarry expresa que la invasión
de Estados Unidos a Puerto Rico en julio de 1898 tuvo motivaciones tanto
políticas como económicas. Luego de devaluar y de eventualmente eliminar el
peso (la moneda nacional) para imponer el dólar, se sentaron las bases para el
nuevo régimen político y económico. Se precipitó la decadencia de la industria
cafetalera que había comenzado con la destrucción provocada por el paso de los
huracanes de 1899, 1928 y1932, y con la pérdida de mercados externos.
Igualmente, se inició una profunda transformación estructural que crearía las
condiciones para el desarrollo de una economía de monocultivo Cañero[3].
El escritor, cantante y productor,
Silverio Pérez plantea que Puerto Rico fue, después de la invasión, un enclave agrario.
Un enclave quiere decir que un país altamente desarrollado como Estados Unidos
de América utiliza un territorio o una colonia para producir lo que su economía
necesita, no necesariamente lo que la colonia necesita. El propósito primordial
es sustraer ganancias, una frase sutil que realmente quiere decir explotar la colonia.
Con ese propósito los Estados Unidos convirtió a Puerto Rico en un enclave
industrial primero liviano, después pesado. [4]
Lo antes dicho lo avala
la socióloga Linda Colón, ella establece que el modelo económico de Puerto Rico
en las primeras cuatro décadas de la llegada de los norteamericanos a la isla
fue un modelo agro exportador el cual llevo a la isla a convertirse en una
generadora de miseria y a su vez en un enclave azucarero – tabacalero; siendo
estas las materias primas para la exportación de mayor producción durante ese periodo.
Nuestras tierras fueron vistas como un lugar desde donde expandirse a América
Latina y desde donde elaborar aquellos productos necesitados por el mercado
estadounidense a un precio bajo y con una mano de obra barata.[5]
El planificador, Rafael
Pico establece que con el estímulo de capital norteamericano en nuestra
industria azucarera trajo progreso. Como resultado, aumentaron la producción doméstica
y el ingreso. Pronto, sin embargo, se vio que nuestro bienestar económico y
social no podía depender exclusivamente de la agricultura. Los primeros
cuarenta años del siglo veinte se caracterizaron por el desempleo estacional,
los bajos salarios, el latifundio y el ausentismo. Los malos efectos de estas
condiciones económicas se intensificaron al casi duplicarse nuestra población
durante esos primeros cuarenta años. El desempleo alcanzó niveles
extraordinarios debido a las escasas oportunidades de empleo. Las condiciones
de trabajo, cuando se encontraba, eran deprimentes. [6]
El historiador Mario
Cancel establece la manera en que las autoridades estadounidenses se
organizaron al invadir la isla ,en un régimen militar bajo la Ley Forales de
1900 y favorecieron el sector económico de la caña de azúcar y sus derivados.
La actitud se entiende, ya que dicho reglón había sido el punto de unión entre
los dos imperios que han regido a Puerto Rico esto así desde el siglo XIX. Esto estimuló el crecimiento de una clase de
empresarios ricos que lo mismo militaban en el Partido Federal Americano, luego
en el Partido Unión de Puerto Rico, que en el Partido Republicano
Puertorriqueño. Este sector favorecía la presencia de Estados Unidos en el país
y la americanización política y económica de la colonia en diversos grados. Los
otros sectores que recibieron una inyección de capital fueron la industria de
las frutas y el tabaco. Cancel concluyó que en los tres casos se estimuló la
inversión de capital americano en el país. La dependencia de los pequeños y
medianos propietarios agrarios del gran capital extranjero, se generalizo. La
competencia por el control del mercado entre portorriqueños, como se les denomino,
y americanos fue desigual. Por lo regular, los sectores capitalistas
extranjeros – no americanos – se aliaron indistintamente con los de uno u otro origen.
Esa lucha de sectores, informada de un contenido político y cultural, fue uno
de los fermentos del nacionalismo puertorriqueño del 1920.[7]
Tras la invasión del 1898,
el café perdió sus mercados europeos. El producto no fue protegido por Estados
Unidos lo cual lo puso en una situación de desventaja enorme con respecto a la sacarina.
Las pequeñas industrias y las artesanías sintieron la competencia de la
producción en serie e industrial que provenía del norte. El desplazamiento de
esos sectores por las condiciones económicas de la nueva soberanía condujo, por
un lado, a la oposición de carácter gremial de los primeros movimientos
socialistas del siglo XX. Del mismo modo, numerosos cafetaleros y artesanos disgustados
se asociaron al independentismo y al nacionalismo puertorriqueño entre 1912 y
1922.
Uno de los fundamentos
que representan la dominación colonial en la isla de Puerto Rico fue desde la
llegada de las leyes de cabotaje. El historiador Amílcar Cintrón, establece que
las leyes de cabotaje surgieron en 1900 para garantizar el fomento de los
intereses estadounidenses. Eran necesarias para controlar los puertos y para
facilitar el transporte del azúcar a las refinerías en la costa este de Estados
Unidos. También los intereses azucareros se beneficiaban con las ganancias
generadas por el flete de los barcos. Las leyes de cabotaje representaron un
gran obstáculo para el desarrollo económico de la Isla. Los costos de flete que
obligaban afectaban el costo de los víveres, de las medicinas que consumen los puertorriqueños,
de la maquinaria agrícola y de construcción, de los autos, de la materia prima
y de los artículos semielaborados para ensamblaje en las fábricas o totalmente
elaborados que se embarcan para Estados Unidos de América. [8]
Por otro lado se
establece el Acta Jones aprobada en 1917 la misma no cambió fundamentalmente
nada ni tan siquiera introduce alguno
relación relativa a la inmigración, comercio, sistemas monetario y
tarifario tratados comerciales leyes marítimas, comunicaciones y en los sistemas
judicial y de defensa El gobierno local se continuó financiando principalmente
de los aranceles cobrados sobre los bienes que se importaban a la isla y a
través los ingresos federales devueltos a Puerto Rico producto de arbitrios
sobre tabaco, run y otros productos vendidos en los Estados Unidos. El resultado combinado de ambas Actas, en lo
concerniente a los factores económicos, puede resumirse en tres puntos principales:
Primero se establece un área de libre comercio entre los dos países con el correspondiente
libre movimiento de bienes y servicios y factores de la producción. Segundo se
establece libre acceso al mercado financiero. Tercero se incluye a la Isla bajo
las leyes de Cabotaje de los Estados Unidos.
El economista, Adams
Smith en el 1776 ya había visto lo que acontece cuando se restrieguen las
importaciones de mercancías extrajeras que podían producirse en el país: Por
medio de limitaciones, ya sean aduaneras o bien prohibiciones totales sobre
productos producibles en el país, se logra un monopolio del mercado interno de
la industria nacional. lo cual produce un incentivo para los industriales,
moviendo un capital y un trabajo nacional hacia esas manufacturas, pero sin que
eso signifique un poderoso aumento de la actividad económica del país. No existen
regulación comercial que posibilite aumentar la actividad económica de una
sociedad fuera de límites de lo que su capital pueda mantener.[9]En
Puerto Rico el monopolio se vio en los productos de la azúcar y el tabaco que
paso a manos de inversionista extranjeros y trajeron múltiples problemas
económicos a la isla, ya que todos los beneficios iban para el inversionista y
el obrero quedaba con los bolsillos vacío después de haber trabajado de sol a sol.
Si en pocas palabras
fuésemos a describir los eventos de mayor importancia del periodo de 1899 al
1928 podríamos decir que este se caracterizó por un rápido desarrollo de
aquellas cosechas protegidas por la tarifa norteamericana especialmente el
azúcar y el tabaco- un gran influjo a la Isla de capital externo; la consolidación
de las tenencias azucareras y la expansión de actividades procesales. La
extensión de la protección tarifaria a Puerto Rico hizo de la producción de
azúcar y tabaco una altamente productiva y lucrativa. Como resultado se atrae a
la Isla un alto volumen de capital y Puerto Rico, cuyo potencial económico no
se había realizado hasta el momento, revela fuentes de riqueza en la
agricultura hasta ahora insospechadas. Más aun el gobierno insular, el cual
durante los primeros 18 de los 28 años, por lo menos, estuvo controlado por presidentes
de Estados Unidos, proveyó capital de desarrollo esencial en forma de una gran
variedad de proyectos de infraestructura. Durante este periodo el ingreso de la
Isla alcanzó su punto más alto en 1927. Las compras per-cápita del resto del
mundo fueron 12 veces más alta que en 1900.
La bonanza económica que
vivieron los Estados Unidos en la década de 1920 llegó a su fin en octubre de
1929 cuando la economía norteamericana sufrió el peor colapso de su historia como
consecuencia de la falta de regulación, la sobreproducción y la especulación.
El pueblo norteamericano entró así en un largo periodo de crisis conocido como
la Gran Depresión, que llevó a millones de personas al desempleo y a la miseria
en la nación más rica del mundo.
En Puerto Rico, los efectos de la Gran Depresión
fueron terribles como resultado de la
enorme dependencia de la isla en la economía
norteamericana. El derrumbe económico
estadounidense llevó a Puerto Rico a la peor crisis de
su historia. Con la contracción del
mercado estadounidense, se redujeron las exportaciones
y aumentó el desempleo, y con ello la pobreza. Los problemas socio-económicos
exacerbaron el ambiente político provocando un periodo de inestabilidad y
violencia. Los conflictos laborales y la criminalidad aumentaron en número e
intensidad. Bajo el liderato del abogado ponceño Pedro Albizu Campos, el
Partido Nacionalista cuestionó el control colonial de la Isla, provocando la
reacción del gobierno insular y federal. La Isla vivió, entonces, uno de los
periodos de violencia política más sangrientos de su historia. En Estados
Unidos, el Presidente Franklin D. Roosevelt puso en práctica un programa de
reforma económica y asistencia social conocido como el Nuevo Trato que fue
extendido a la Isla. Miles de puertorriqueños se beneficiaron del programa
federal de trabajo y de la distribución gratuita de alimentos, zapatos y ropa.
La ayuda del gobierno federal contribuyó a aminorar las consecuencias de la
crisis, pero no acabó con la desigualdad ni la pobreza reinante en la Isla.
Los tiempos cambiaron de prosperidad económica que
caracterizó a la década de 1920 a una crisis abrupta en el 29 de octubre de
1929, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York, institución financiera que
manejaba grandes inversiones de capital, colapsó. Ese día los Estados Unidos
entraron en una profunda crisis económica que duraría más de diez años y que
amenazó el sistema de vida norteamericano. Contrario a otras crisis anteriores,
la de 1929 fue más severa, pues no estuvo limitada a los Estados Unidos, sino
que fue una crisis mundial. Para 1932, entre 10 y 15 millones de
norteamericanos estaban desempleados, cientos de negocios de diversos tamaños
se habían ido a la quiebra y por lo menos 5,000 bancos habían cerrado sus
puertas. Nunca antes la economía norteamericana había caído tan baja. Muestra
de ello eran los cientos de estadounidenses que a diario hacían largas filas para
recibir un plato de sopa o una manzana gratis.
La crisis provocó una caída en la demanda y las ventas
de los productos puertorriqueños en el exterior, lo que redujo las ganancias de
los productores. La caña de azúcar sufrió el impacto inmediato de la crisis,
pero comenzó a recuperarse rápidamente. Durante la década de 1930, el precio
del azúcar registró niveles más bajos que la década anterior. En 1934, el
Congreso aprobó la Ley Jones-Castigan estableciendo cuotas azucareras con el
fin de frenar la caída de los precios. La ley establecía la cantidad de
toneladas de azúcar que los productores podrían vender en el mercado
norteamericano. A Puerto Rico se le asignó una cuota de 803,000 toneladas anuales.
Esta ley no fue del agrado de diversos sectores de la sociedad puertorriqueña porque
provocó la reducción en la producción azucarera, lo que dejó sin trabajo a más puertorriqueños.
La crisis tuvo un impacto severo sobre la producción tabacalera. Contrario al
azúcar, la recuperación del tabaco fue mucho más lenta. La crisis económica
vino a complicar la ya delicada situación del café puertorriqueño. La industria
de la aguja siguió un patrón muy similar al azúcar. La manufactura de ropa se
recuperó rápidamente y mantuvo un nivel de exportación alto. La reducción en
las ventas y las ganancias llevó a las compañías a reducir gastos. Esto se
tradujo en el despido de trabajadores y en la reducción de los salarios. En
1932, el salario promedio de los trabajadores cañeros era de 11 centavos la hora.
Un año más tarde bajó a 9.6centavos la hora. Los trabajadores tabacaleros
recibían un sueldo aún menor, pues recibían 4.3centavos por hora, es decir, un
salario semanal de un $1.27. Las mujeres que trabajaban en el tabaco recibían
una paga menor que la de los hombres, pues sólo ganaban 97 centavos semanales.
El despido de trabajadores agravó el problema del desempleo en la Isla. Gran parte de los trabajadores fueron víctimas
del trabajo estacional, que les condenaba al desempleo una buena parte del año.
La crisis redujo aún más las oportunidades laborales existentes. Muy pocos
puertorriqueños trabajaban más de cuatro días semanales, y de ellos, la mitad
ganaba menos de $1 diario. Para 1933, el 65% de los puertorriqueños estaba desempleado.
A la caída de los salarios y el aumento del desempleo es necesario añadir un
tercer problema: el incremento en los precios de los alimentos importados, que
eran la base de la alimentación de la mayoría de los puertorriqueños. Para
1932, el precio del quintal de arroz aumentó de $2.40 a $4.10, el de las
habichuelas de $3 a $5.25 y el del bacalao de $19 a $28.En conclusión, la
crisis empeoró la situación de la inmensa mayoría de los habitantes dela Isla,
quienes apenas podían subsistir.
La crisis económica vino acompañada de varios
desastres naturales que complicaron
aún más la situación de la Isla. En septiembre de
1928, el huracán San Felipe atravesó Puerto Rico dejando una estela de
destrucción a su paso. San Felipe causó la muerte a más de trescientas personas
y destruyó la cosecha de café y gran cantidad de casas y edificios. El costo de
los daños producidos por este huracán ascendió a los $85 millones. Cuatro años
más tarde, los puertorriqueños sufrieron la visita de otro huracán. El 26 de septiembre
de 1932, el huracán San Ciprián entró a la Isla por el este con vientos de 120 millas
por hora. A pesar de que era un fenómeno de menor intensidad que San Felipe,
San Ciprián mató a más de 200 personas, destruyó la cosecha de tabaco, café y
frutos menores, y causó daños valorados en $30 millones de dólares. Más de
100,000 personas perdieron sus hogares; ya que éstos eran casas de madera
techadas con cinc o cartón, y en algunos casos paupérrimos algunas personas
vivían en chozas de paja. El descenso en los salarios, el aumento del
desempleo, el incremento de los precios delos alimentos y los desastres
naturales se combinaron para hacer muy difícil la vida en la Isla. Miles de
puertorriqueños vivían en arrabales en pésimas condiciones y sin esperanzas de
mejorar. Para complicar aún más la situación de los puertorriqueños, la
emigración a la Metrópolis dejó de ser una opción, porque allá las condiciones
económicas también eran terribles.
Los severos problemas socioeconómicos que vivió Puerto
Rico en la década de 1930
provocaron un gran descontento popular. El desempleo,
el hambre y la desesperanza
convirtieron a los años
1930 en un periodo conflictivo caracterizado por protestas, huelgas y violencia
política.
La socióloga, Linda Colón,
categoriza la década del treinta como la de la llegada del Welfare State a
Puerto Rico. Con dicha década el estado colonial comenzó una nueva etapa y
asumió funciones que hasta entonces no había tenido. La política del welfare state
tuvo entre sus funciones la creación de una demanda agregada para mantener
rentable la producción privada y asegurar las ganancias corporativas. Con tal propósito,
el gobierno federal intervino invirtiendo recursos en la construcción de
infraestructura y viviendas invirtiendo, proveyendo servicios públicos
educativos y de salud; otorgando prestamos alas agricultoras; comprando
cosechas excedentes; creando empleos y repartiendo alimentos y subsidios entre las
más podres. A su vez estableció leyes de defensa para los trabajadores, como el
seguro social. El propósito era que todas estas medidas pusieran en marcha el
sistema económico y reactivaran la economía. Sin embargo, el modelo fue exitoso
en los países centrales, pero no así en Puerto Rico. Los fondos federales pese
a su impacto en el medrado presupuesto colonial no lograron transformar la
situación de fondo[10] .
Por otro lado, el hecho de que en la
administración estatal llegará a gobernar en 1932 la Coalición
Republicano-Socialista. Una alianza contrastante en sus principios políticos
pues los republicanos velaban por los intereses empresariales mientras que los
socialistas llegaban al poder con la promesa de fiscalizar a las empresas en
provecho de los trabajadores. A pesar de ello, la realidad fue otra; el Partido
Socialista quien debía contrarrestar los intereses republicanos sucumbió en el
intento. Gradualmente fue desvirtuándose de sus ideales obreros y resultó ser
un partido más de derecha. Como resultado la gobernación de la Coalición que se
extendió por ocho años reflejó ser más beneficiosa para los intereses
corporativos que para los intereses de los trabajadores[11]
Estaban Bird
sitúa los primeros esfuerzos coordinados para fomentar el desarrollo
industrial de la isla en el 1931 bajo la administración del Gobernador Teodoro Roosevelt
, se reorganizo el Departamento de Agricultura y Comercio y se creó dentro del
mismo un Negociado de Comercio e Industria con ese propósito. Desde entonces el
Gobierno de Puerto Rico ha continuado en una u otra forma fomentando el
desarrollo industrial de la isla En el 1935, la Asamblea Legislativa preparo un
plan para la rehabilitación económica y social del país y sugirió que para
complementar el desarrollo de la producción agrícola, debía existir un plan
coordinado para la utilización de los productos del suelo y transformarlos en
artículos de consumo que pudieran ser exportados a otros mercados .[12]
Sin duda, la situación
ameritó reformas para lograr su futura recuperación. Desde Estados Unidos y
bajo el mandato del Presidente Franklin D. Roosevelt nuevas ideas se
organizaron para llevar a cabo una gestión reformadora que se denominó Nuevo
Trato. Estas ideas que surgieron como un paliativo contra los efectos dañinos
de la depresión incluyeron una serie de programas destinados a intervenir
directamente en la economía nacional. Se trabajó para estabilizar el sistema
económico con la intención de asegurar las ganancias adecuadas que
proporcionaran la seguridad del empleo.
Así, el sistema político se movilizó hacia la regulación administrativa
del mercado económico capitalista y se alejó del liberalismo que distinguió las
políticas económicas del siglo XIX y principios del XX con su actitud de
laissez faire. En general, se procuró la conveniencia que proporcionaba la
regulación del mercado, entre otras cosas, para tratar de disminuir los efectos
negativos y la severidad de crisis futuras. Ideas de carácter social basadas en
los valores de igualdad y seguridad socioeconómicos fueron habitualmente
implantadas, un ejemplo de ello fue la creación del seguro social.
En Puerto Rico estás
ideas se concretaron a través de la extensión del Nuevo Trato al ruedo local.
Fue evidente que respondieron más a un proceso empírico que a uno ordenado y
previamente meditado, todavía más cuando tuvieron que ajustarse a la realidad
insular muy diferente al escenario continental. La primera fase de su
implantación se materializó con la creación de la Puerto Rica Emergencia Relee Administración
(PRERA). Una agencia establecida en 1933 por medio de una cooperación
estatal-federal. Ésta más que cambiar el sistema económico o social tuvo como
objetivo aliviar la crisis y el estado de miseria que vivía la isla a través de
estímulos económicos. Sin embargo, su vida fue corta y sus efectos, aunque
positivos, en su gran mayoría, fueron muy escuetos. Ni la esfera política
coalicionista ni el gobernador de turno, Robert H. Gore brindaron verdadero
apoyo pues más que querer ayudar a fomentar la implantación de nuevos programas
parecían manifestar su desacuerdo con estos.
El
Plan Chardon
El historiador Luis Díaz Soler describe el
Plan Chardon . Primero establece los antecedentes que acontecían antes de Plan
. Puerto Rico vivía una aguda crisis económica la cual era respaldada por las
restricciones a la producción a la azucarera que imponía la Ley Costigan –
Jones , esta inspiro la elaboración de un plan de rehabilitación de iniciativa
puertorriqueña que se conoció como el Plan Chardón .Dicho plan ,
fue presentado a comienzos de 1934 ante la presencia de la Primera Dama de los
Estados Unidos de América, la Sra. Eleonor Roosevelt, durante su visita a la
Isla, el 7 de marzo de 1934 . La primera dama estaba acompañada de Harry
Hopkins , Ruby Black y Rexford Guy Tugwell . La Sra Rooselvet y el Sr. Hopkins
se reunieron con Muñoz Marín en una oficina del Escambron Beach Club y tres
días después hubo una reunión en La Fortaleza con la presencia del
gobernador Winship , el procurador
general Benjamin Horton , el Secretario del Trabajo , Prudencio Rivera Martínez
, el secretario de educación , José Padín , el secretario de agricultura ,
Rafael Menéndez Ramos , el Director de la PRERA, James Bourne, el Administrador
de la NRA en Puerto Rico Boaz Long , el presidente de la Camara de Comercio
Filipo de Hostos , el administrador de la Central Fajardo , Jorge Bird Arias ,
el Obispo James R Byrne y el Canciller de la Universidad de Puerto Rico Carlos
Chardón. Este ultimo se encargo de presentar el proyectado plan Chardon basado
en las premisas discutidadas ante el Senado Insular el 14 de febrero . Las tierras
adquiridas de la United Porto Rico Sugar Company serian divididas en lotes de
50 cuerdas ; si se disponían de quince mil a treinta mil cuerdas , se podrían
beneficiar trescientos agricultores que podrían obtener pequeñas fincas de dos
mil a tres mil cuerdas . se le podrían otorgar a familias de agregados para
sembrar en ellas productos alimenticios y otros productos agrícolas de consumo
local . Las cinco centrales podían moler sus cañas. La idea detrás del plan era
mejorar los ingresos de los trabajadores . El Gobernador no simpatizaba con el
proyecto tampoco las “ fuerzas vivas “ ni su gente de la Coalicion mayormente
del ala republicana , que veian afectados sus intereses económicos.El 11 de
marzo , Muñoz Marín y la Sra. Rooselvelt se reunieron en La Fortaleza para
dialogar del el Plan Chardón.La visita de la primera dama estadounidense fue
exitosa ; llevaría a su esposo los pormenores del plan que se estaba gestando
con la bendición de Munoz y Tugwell para rehabilitar la isla .[13] Entre sus objetivos más destacados
estuvo la atención de tres puntos fundamentales para su autor: la tenencia de
grandes extensiones de tierra por parte de las corporaciones azucareras, los
altos niveles de desempleo y el constante crecimiento poblacional. Para ello
propuso varias iniciativas, entre las que destacan: frenar los intereses
corporativos de la industria azucarera (limitando su producción, haciendo
efectiva la Ley de los 500 acres, fomentando la creación de corporaciones
públicas en el sector azucarero, etc.), diversificar la economía por medio de
la ampliación de sus productos, promover la industrialización y desarrollar
políticas de emigración.
Algunas de las propuestas
expuestas en el Plan Chardón vieron la luz en la creación de la que se puede
considerar la segunda fase materializada del Nuevo Trato en Puerto Rico, la
creación de la Puerto Rican Reconstruction Administration. Una agencia
establecida en 1935 y popularmente conocida como la PRRA. Aunque tuvo mérito,
sus logros igualmente fueron limitados pues muchas de sus propuestas no
lograron deshacerse de su carácter experimental. Aun así, destacan medidas
como: limitar producción de la azúcar, comprar varias centrales azucareras
,obtener terrenos para vender arrendarlos o cederlos , establecer fincas de
subsistencia en terrones menos productivos ,aumentar pago para moler cana ,
establecer fabrica de cemento , fijar salario de los trabajadores del
azúcar la reducción del desempleo, la
construcción de viviendas, la electrificación rural, la mejora en las
condiciones de salud, la organización de asociaciones agrícolas o el inicio de
un control experimental sobre la industria azucarera. Estas medidas fueron
haciendo el camino para el posterior cambio socioeconómico gestado a mediados
de la década siguiente cuando las fuerzas políticas cambiaron y ya no dominaron
los intereses de la Coalición. Los fondos asignados por el Congreso para la
implantación del Plan Chardon fueron reducidos drásticamente a partir de 1937
.El programa de rehabilitación rural fue detenidolo que resultaba en un
indudable beneficio para las corporaciones azucareras que temían en la
implantación de la Ley de las 500 Acres.
Un desarrollo económico
sostenido fue la inquietud más seria de Muñoz Marín y su partido al asumir el
poder en la legislatura en 1940. Durante la campaña electoral de 1940 Muños
Marín apeló directamente a los trabajadores desposeídos de tierras en los
diferentes distritos de las islas y a las masas de Trabajadores urbanos. En las
elecciones de 1940 el PPD obtuvo un tenue control de la legislatura, pero
suficiente como para iniciar un programa económico
positivo. En las
elecciones de 1944 el PPD obtuvo una victoria contundente y el control de
todas, excepto tres, de las 58 sillas en las dos cámaras legislativas. Aunque
la administración del Partido popular bajo el liderato de Muñoz inició su
incumbencia con un programa de desarrollo basado principalmente en la
agricultura pronto se dieron cuenta que una isla sobrepoblada y con un serio
problema de desempleo no podría aumentar significativamente su bienestar
económico basando su estrategia de desarrollo en la agricultura. Sin embargo,
no fue hasta tarde en la década que se reorienta la estrategia dándole más
énfasis a la promoción de industrias manufactureras. En los primeros años de la
década se diseña un programa encaminado a aumentar la productividad agrícola y
a
diversificar la misma.
Bajo este programa se aplicaría en forma más estricta la ya
existente ley de 500
acres y se crearían dos agencias claves, la Autoridad de
Tierras y la Compañía de
Desarrollo Agrícola.
En Estados Unidos,
mientras tanto, el presidente Roosevelt reconoció la necesidad de un nuevo y
más constructivo enfoque a los problemas existentes en Puerto Rico. Roosevelt
nombra como gobernador de Puerto Rico a Redford G.Tugwell en 1941. Tugwell, un
científico social liberal y un funcionario de gran experiencia en la
administración pública, ayudó a inicial el programa de reforma y desarrollo
económico y ayuda a la isla en sus luchas en la capital de la Metrópolis.
Además, establece las bases para la ejecución del programa económico
reorganizando la rama ejecutiva y colaborando en la preparación de los recursos
humanos jóvenes y
valiosos que más tarde pasarían a ocupar posiciones de alta responsabilidad.
En resumen, los primeros
años de la década de 1940 al 1950 marcan el comienzo de una nueva era. En 1940
se establece formalmente el Partido Popular Democrático bajo el liderato del
senador Luis Muñoz Marín su plataforma
económica comprometida con el desarrollo económico. Rexford G. Tugwell es
nombrado gobernador de la Isla y el 1941 marca la entrada de Estados Unidos a
la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente se inician los primeros experimentos
encaminados a formular una estrategia de desarrollo que pudiera sacar la Isla del
“círculo vicioso de la pobreza".
En realidad, se podría argumentar, con cierto grado de
certitud, que los cimientos del alto crecimiento que experimenta la isla, a
partir de 1950, se establecen en esta década. Entre las fuerzas que se
reconocen como favorables en las promociones del crecimiento económico se
pueden distinguir los siguientes: primero el impacto de la Segunda Guerra
Mundial, segundo el serio compromiso de las autoridades públicas hacia el
desarrollo económico y tercero la actitud positiva del ciudadano
puertorriqueño. La Segunda Guerra Mundial provee al gobierno local con los
fondos necesarios para iniciar el proceso de desarrollo. Se estima que un total
de $160 millones fluyeron a la isla producto de remesas relacionadas con la
devolución al gobierno local del arbitrio sobre las ventas de run en los
Estados
Unido impuesto por el
gobierno federal. Estos fondos se usaron para la
construcción de
factorías, carreteras, puertos y otra infraestructura necesaria para
el desarrollo económico.
La Guerra también generó otros flujos de dólares a la isla
por concepto de pagos a
los familiares de soldados sirviendo al ejercito de los
Estados Unidos y ayuda a
compañías establecidas en la isla creando así una fuente
de demandada para los
productos locales, manufacturados y agrícolas.
El historiador Jorge
Bolívar Fresnada denomina el periodo del 1939 al 1948 como uno de economía
militar producida por la Segunda Guerra Mundial. La característica principal
fue dada por un proceso en donde la propiedad estatal de las cinco fábricas no
fue lo que ayudo al progreso, sino el gasto militar en Puerto Rico y el crecimiento
del ingreso por concepto de las exportaciones de ron que supuso la coyuntura de
la Guerra Mundial. Son estas dos formas de “intervención estatal”, y no el
supuesto impacto de las fábricas de propiedad del gobierno lo que marca la
naturaleza especial de este periodo. Desde que comenzaron a
operar las fábricas estatales hasta el 1948, el Gobierno de Puerto Rico
invirtió $10.7 millones en el proyecto, el cual generó 992 empleos. En el
periodo que denominamos como economía militar, el Gobierno de Estados Unidos le
facilitó a Puerto Rico sobre un billón de dólares entre gastos sociales, militares
y subsidios sobre las ventas del ron. Además, se crearon decenas de miles de empleos,
según se demostrará más adelante. Este señalamiento le da más importancia a
cómo se generó el ingreso del país que a cómo lo gastó el Gobierno Insular. Es
cierto, por lo tanto, 1948, tres años después de finalizada la
Guerra, el ejército y la marina estadounidenses, comenzaron a despojarse de
muchas de las propiedades adquiridas durante la Guerra y los gastos federales
mermaron. Este periodo marcó el principio del final de la preponderancia del
azúcar como el motor económico y el principio del plan industrial, el cual
ocuparía su lugar. Marca, además, el fin del papel protagónico que tuvo el
capital local en la industria azucarera que la intervención estatal fue el
elemento clave del desarrollo económico durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo,
no fue la propiedad estatal de las fábricas sino el gasto federal en la Isla lo
que tuvo mayor impacto.[14]
En 1939, antes que Estados
Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial, comenzó la construcción de una
base naval en Isla Grande. A la misma vez, el Gobierno Federal gastó$33.3
millones en asistencia al Gobierno Insular. Esta cantidad aumentó a $110.1
millones en 1942, tras la participación de Estados Unidos en el conflicto. En
estas partidas se encontraban incluidos programas de asistencia social, como el
Works Projects Administration (WPA, por sus siglas en inglés), múltiples
construcciones de índole social y militar que proveyeron empleo a miles de
desempleados. Los arbitrios repatriados sobre la venta del ron puertorriqueño
en el mercado estadounidense –subsidio provisto por el Congreso de Estados
Unidos en 1935– aumentaron súbitamente en 1944 y proveyeron ingresos
adicionales para un sinnúmero de iniciativas del gobierno local. [15]
La
Reforma Agraria
El periodo de la economía militar ayudo a
la isla a forjar unas Reformas Administrativas que vendrían a darle unos nuevos
aires al modelo económico. Entre los cambios que se efectuaron en la isla cabe mencionar,
la reforma agraria. Un elemento que ayudo a que se pudiera realizar dichas
reformas fue el advenimiento al poder de un nuevo partido político , El Partido
Popular Democrático , apoyado por las masas trabajadoras y campesinas. El
liderato de dicho partido, Luis Muñoz Marin , se había comprometido durante la campaña , a
hacerle frente a uno de los problemas más serios con que habría de enfrentarse
: el problema de los grandes monopolios latifundistas dominados por intereses
capitalistas ausentitas .Unido a este problema estaba el de las numerosas familias
despojadas de la tierra y el de los minifundios improductivas . Para hacer
frente a esos problemas , el nuevo gobierno aprobó la Ley de Tierrras de
1941 creando la Autoridad de Tierras de
Puerto Rico con poderes para proceder a la expropiación de las tierras poseídas
por las corporaciones latifundistas en exceso de las 500 acres instituidas por
la Acta Jones. La autoridad para poner en vigor la limitación de las 500 acres
fue atacada por inconstitucional por los intereses latifundistas, pero la suprema
Corte de los Estados Unidos sostuvo la constitucionalidad de dicha medida y la
capacidad del Gobierno de la isla para implantarla .[16]
La Autoridad de Tierras
de Puerto Rico creada para la implantación de la Ley de Tierras, dispone de las
tierras adquiridas mediante expropiación en tres formas distintas de
conformidad con las dispociones de la Ley . Parte de la tierra adquirida es
distribuida en pequeñas parcelas, no con el propósito de proveer una fuente de
ingreso a la familia , sino para asegurarle su vivienda . La finalidad de este
aspecto del programa de reforma agraria es mas de carácter social que
económico. Un segundo aspecto del programa de reforma agraria fue la ubicación
de familias en pequeñas fincas que pudieran ser explotadas económicamente .Estas
fincas se traspasan en venta condicionada a familias con experiencia en la
agricultura . El agricultor instalado puede disponer libremente del producto de
la finca , quedando sujeto al pago de una cantidad suficiente para amortizar el
capital principal mas lo intereses en un termino de cuarenta anos . Las mejoras
pasa a ser propiedad del agricultor y en caso de muerte , sus herederos podían
continuar con la explotación de la finca . La fase mas interesante del programa
de reforma agraria fue la novel creación de las fincas de <Beneficio
Proporcinal > . Estas fincas se establecieron en los predios expropiados a
las corporaciones sobre la base de un tipo de explotación agrícola nacionalizado.
El Gobierno posee la tierra bajo cultivo azucarero y luego la arrienda a un
empresario de experiencia . La Autoridad de Tierras provee la tierra y el
capital de operaciones . El empresario arrendatario recibía un salario y una
participación en los beneficios . Despues de cubrir los gastos de operación y
de separar una proporciónpara mejoras . , el remanente se repartia entre los
obreros en proporción a su salario y a las horas de trabajadas .
La reforma agraria fue
limitada en sus propósitos tuvo objetivos cardinales de dar albergue y un
pequeño predio de tierras a los
trabajadores que carecían de vivienda . El experimento de las fincas de
Beneficio Proporcional que constituía la mayor promesa para erradicar el
problema de latifundio , el monopolio y el ausentismo de capital , sin
menoscabo de la producción , no se llevó a cabo a la escala nacional .
El profesor , Antonio
González evaluó la reforma agraria como un gran acierto por la forma en que se concibió y en la declaración de propósitos de la ley , pero
en la practica , probo ser limitada su eficiencia . En unas investiaciones se
corroboroque las condiciones de la Autoridad de Tierras fue un fracaso y por
tal motivo se recomendó la venta de las tierras que poseía la Autoridad de
tierras y la disolución de dicha entidad .
El planificador, Rafael
Pico clasifica la década del 1940 a 1950 en un periodo de transformación
decisiva en la vida económica de Puerto Rico. En 1940 adviene al poder un nuevo
gobierno, que dedica especial atención y esfuerzo a mejorar las condiciones
económicas y sociales del país. Durante la primera parte de la década, a pesar
de la Segunda Guerra Mundial, se cimentaron las bases de nuestro desarrollo económico.
Se vio en la industrialización el mejor recurso de dar trabajo a los numerosos desempleados.
Como paso inicial, el Gobierno organizo tres agencias principales para
coordinar y estimular el programa general de industrialización: a saber, la
Junta de Planificación, la Compañía de Fomento Industrial y el Banco de Fomento.
La
Junta de Planificacion
La Junta de Planificación
fue creada inicialmente por la Ley #213 del 12 de mayo de 1942, comenzando
operaciones el 10 de agosto del mismo año bajo la presidencia del Dr. Rafael
Pico Santana, siendo entonces Gobernador de Puerto Rico, Rexford G. Tugwell. El establecimiento de la Junta de
Planificación no inició la planificación en Puerto Rico, ya que en mayor o
menor grado, todos nuestros gobiernos habían planificado. Sin embargo, la ley
del año 1942 estableció las bases para sistematizar y organizar la
planificación en la Isla para hacerla más efectiva y más democrática. La asignación inicial que se hizo para la
Junta de Planificación en 1942 fue de $100,000.00. Cuando la Agencia comenzó
operaciones contaba con un personal de 18 empleados regidos por una “Junta” de
tres (3) miembros, constituida inicialmente por Santiago Iglesias (hijo),
Antonio Texidor y su Presidente, el Dr. Rafael Picó.
Cronológicamente podemos
dividir la historia de la Junta de Planificación en dos (2) etapas: la primera
desde su establecimiento en 1942 hasta el 1975 y la segunda desde ese año, en
que parte de sus funciones pasan a la nueva agencia ARPE, tras la Ley Núm. 75
del 24 de junio de 1975 hasta el presente. Mediante la Ley Núm. 75 de 24 de
junio de 1975, por primera vez se revisó en forma integral la Ley de la Junta
de Planificación de Puerto Rico que había sido creada en 1942. La Junta es el
brazo fundamental con que cuenta el
Gobernador de Puerto Rico para diseñar y formular su política pública a corto,
mediano y largo plazo.
La
Compañía de Fomento
El gobernador, Rexford G.
Tugwell y el senador Luis Muñoz Marín vieron en la industrialización una
ventana hacia la modernización de la isla . Ambos opinaban que la industria de
la azúcar ya estaba acercándose a su máximo desarrollo y no cabía esperar que
diese empleos a la creciente fuerza trabajadora , ni que pagase los jornales
que deberían cobrar los obreros . Discrepaban en cuanto al momento de la industrialización.
Muñoz quería comenzar de inmediato , mientras Tugwell era renuente a lanzar la promoción industrial
en condiciones de guerra . Pero Muñoz insistió y Tugwell acepto a iniciar los
primeros pasos . Organizaron una
Compañía de Fomento Industrial la misma se creó bajo la ley -------de mayo de
1942 . Teodoro Moscoso fue nombrado administrador general de la compañía desde
sus comienzos se llamo popularmente “Fomento”[17] .
El economista Esteban Bird ,señala los poderes
que le asignaban a la Compañía de Fomento Industrial entre estos: examinar e
investigar ,efectuar experimentos y estudios a cerca de los recursos de Puerto
Rico y las posibilidades y métodos efectivos de fomentar su utilización
adecuada mediante la fundación de empresas industriales , mineras , comerciales
,cooperativas y programas de adiestramiento educacional : y difundir el resultado
de esas investigaciones .Además examinar, investigar y llevar a cabo
investigaciones y experimentos sobre la venta , distribución , anuncio y
exportación de todos los productos de Puerto Rico y las necesidades deseos de
los consumidores de los productos de Puerto Rico , y dar a conocer los
resultados de dichas actividades . Adicional podían establecer y mantener ,
como sus departamentos , un laboratorio de diseño , el deber del cual será
preparar planes , especificaciones y modelos de productos adecuados para ser
manufacturados en Puerto Rico de materia prima del país disponible y de
artefactos ,equipos , plantas y sistemas industriales útiles para dicha
fabricación y para allegar ,compilar y deseminar información relacionada con
los mismos .
B
Operación Manos a la Obra y el Proyecto de Industrialización
Operación Manos a la Obra
es el nombre con el que se conoció el ambicioso proyecto que dio inicio a la
industrialización de Puerto Rico al final de la Segunda Guerra Mundial. El
proyecto impulso el desarrollo económico de la Isla, y le dio énfasis al desarrollo
de industrias, se implantó en 1947. El Gobierno de Puerto Rico estableció sus
propias leyes sobre impuestos y contribuciones al Estado, se aprobó una Ley de
Incentivos Industriales que autorizaba a empresas privadas a solicitar una
exención por diez años de las contribuciones sobre ingresos y sobre la
propiedad en Puerto Rico. También la exención incluía los impuestos sobre
maquinaria y materias primas y los impuestos municipales. Estas exenciones se
concedían para el establecimiento de nuevas industrias, la expansión de la
producción de artículos que ya se manufacturaban en la Isla y para la
construcción de facilidades hoteleras, como la construcción del Hotel Caribe
Hilton inaugurado en 1949 y financiado por la Compañía de Fomento. El Gobierno
se hizo cargo de organizar una campaña de promoción y publicidad sobre Puerto
Rico en los Estados Unidos y vendió las fábricas que venía operando durante la
Segunda Guerra Mundial. De 1947 a 1950 se establecieron en la Isla más de 100
nuevas fábricas-- algunas de ellas pequeñas--que iban dejando ver los efectos
de la campaña de promoción en los Estados Unidos. Estas industrias tuvieron un
marcado impacto en el número de empleos. Parecía que la alternativa más
efectiva era fomentar industrias que importaran la materia prima para
elaborarla en la Isla y luego exportaban el producto terminado. El proyecto
“Manos a la Obra” ayudó directamente a las empresas proveyéndoles edificios,
adiestramiento de personal y el financiamiento de modo que Puerto Rico resultó
más atractivo que en otros lugares.
Este programa de gobierno
desarrolló nuevas corporaciones y leyes que contribuyeron a la
industrialización del país. Se estableció el Banco Gubernamental de Fomento
para el financiamiento de industrias locales y extranjeras. También se creó la
Ley de Exención Contributiva para promover el establecimiento de compañías
extranjeras en la Isla sin que pagaran impuestos. Además, se dividieron las
funciones de la Autoridad de Fuentes Fluviales con la creación de la Autoridad
de Acueductos y Alcantarillados, para proveer de agua potable a toda la Isla.
El enfoque principal de la Operación Manos a la Obra era atraer capital
extranjero, para desarrollar fábricas en Puerto Rico. Para esto, se crearon
condiciones atractivas para los inversionistas. La más impactante de todas era
la Ley de Incentivos Industriales, de 1947, que establecía que, por los
primeros diez años de operación en la Isla, las corporaciones no tendrían que
pagar impuestos por las ganancias obtenidas. Este período de gracia se extendió
luego a 25 años. Asimismo, el Gobierno construiría las fábricas para, después,
alquilarlas a las corporaciones. La mano de obra económica era un incentivo
adicional. Los salarios pagados en Puerto Rico eran mucho menores que los
devengados por los obreros estadounidenses. Para fines de la década de los
cincuenta, las fábricas empleaban en la Isla a más de 60.000 personas y el
salario mínimo aumentó un 124.
La historiadora María
Elena Carrión estableció que el principal logro del programa industrial Manos a
la obra fue que consiguió su objetivo de rápida industrialización y crecimiento
económico. Evidencia de que hubo industrialización en Puerto Rico fue que el
sector agropecuario descendió. Al mismo tiempo, el manufacturero aumento su
participación en la economía. Otros cambios producidos por la industrialización
fue el crecimiento en el sector financiero.
No todo lo que brilla es
oro, por tanto, hay que ver la otra cara del Proyecto Manos a la obra que
produjo disloques sociales. El Proyecto Manos a la Obra genero crecimiento,
pero no empleos. Los empleos creados en la manufactura no compensaron
suficiente la perdida de las plazas en la agricultura por la decadencia del azúcar,
el café y el tabaco. Por otro lado, el Proyecto ayudo en el descenso en la tasa
de mortalidad que resulto en un aumento en la expectativa de vida. Respecto
a las políticas sobre natalidad durante los años 50 y 60 del siglo XX, agencias
privadas como la International Planes Parenthood Federation, dirigida por
Margaret Sanger,4 y el gobierno de Puerto Rico, llevaron a cabo campañas
financiadas por el gobierno federal de EEUU para el control de la población de
la isla, con el objeto de esterilizar a tantas puertorriqueñas como fuese
posible. Con este fin, se reclutó a trabajadores de la salud pública, para
alentar a las mujeres de Puerto Rico a someterse a procedimientos de
esterilización a un costo mínimo o gratuitamente. Finalmente, incluso Luis
Antonio Ferré, candidato a la gobernación de Puerto Rico por el Partido Nuevo
Progresista protestó por el hecho de que ciertas empresas norteamericanas se
negaban a contratar para su factoría de Cayey a cualquier mujer que no
estuviese esterilizada. Paradójicamente, las empresas cementeras manejadas por
la familia de Ferré habían resultado enormemente favorecidas por la Operación,
siendo hoy el Grupo Ferré-Rangel el grupo empresarial hispano más grande de los
EEUU. Por este tipo de denuncias, Luis Muñoz Marín se vio forzado a intervenir
y moderar el papel del gobierno en estas políticas.
En 1968, un demógrafo
puertorriqueño concluyó en un estudio de que un tercio de las mujeres en edad
de procrear en la isla habían sido esterilizadas. Esta tasa indica que existían
diez veces más mujeres esterilizadas en la isla que en EEUU (Roberts 1997: 94).
Más de un tercio de las mujeres entrevistadas desconocía que la ligadura de
trompas era un método irreversible de contracepción. El eufemismo "ligar
las trompas" hacía que las mujeres pensasen que el procedimiento era
fácilmente reversible. (Krase 1996). Todavía en 1981, más del 39% de las
puertorriqueñas aptas para concebir estaban esterilizadas.5
La ciudadanía pudo
empezar adquirir sus viviendas propias a mediados de los sesenta el ochenta por
ciento de las familias puertorriqueñas eran dueños de sus hogares. Sin embargo,
la creación de una economía informal represento una baja tasa de participación
laboral y la emigración fueron dos importantes válvulas de escape social
durante ese supuesto periodo de prosperidad.
El primero en usar esta
denominación fue el primer gobernador del Estado Libre Asociado, Luis Muñoz
Marín en un discurso de 1949 ante el Comité de Tierras Públicas de la Cámara de
Representantes de Estados Unidos. «We are trying to lift ourselves by our own
bootstraps» («Estamos tratando de salir adelante por nuestros propios medios»).
A pesar de esta afirmación el plan en realidad se apoyaba en la inversión
extranjera.
Uno de los principales
inspiradores de Manos a la Obra fue Teodoro Moscoso. Dentro de este programa,
el sector secundario del país fue ganando importancia de forma progresiva. Se
partía de la concepción de que la economía de Puerto Rico -basada en el sector
agrícola y ganadero- era insostenible, entre otras cosas por la elevada
densidad de población. En el marco de este plan, el Departamento de Fomento del
gobierno boricua favoreció el establecimiento de fábricas estadounidenses en la
isla, basándose en los bajos costes salariales comparados y el acceso libre de
impuestos a los mercados continentales. Fomento invitó a inversión de capitales
exteriores, importando las materias primas y exportando los productos
manufacturados al mercado de EEUU; también se dispusieron exenciones fiscales y
facilidades para alquilar suelo industrial. Como resultado de todo ello, la
economía de Puerto Rico sentó sus bases en la fabricación de productos y el
turismo. En su campaña para atraer inversiones, el Departamento de Fomento de
Puerto Rico se sirvió de agencias publicitarias estadounidenses, incluyendo una
encabezada por David Ogilvy con el objeto de crear una imagen del supuesto
renacimiento que estaba viviendo la isla. Las empresas norteamericanas
respondieron rápidamente, invirtiendo primero en industrias con bajo coste
salarial como la de la alimentación, tabaco, textil-piel y electrodomésticos, y
posteriormente pasando a otras más tecnificadas, como la industria farmacéutica
y química, producción de maquinaria y fabricación de aparatos electrónicos.
Gracias a este proyecto,
Puerto Rico pasó de ser una sociedad rural basada en la agricultura a otra
industrial, basada en las diferencias de clases según la propiedad de los
medios de producción. Aunque inicialmente la Operación pareció tener éxito en
los años 60, la economía de Puerto Rico comenzó a verse amenazada por el
desempleo como consecuencia del aumento de los costes laborales y la
competencia exterior en las industrias que empleaban mano de obra intensiva.
En el aspecto político
aumentó la dependencia de Puerto Rico de los capitales estadounidenses,
impidiendo el desarrollo de una economía autónoma, sostenible y soberana. Una
de las consecuencias políticas más destacadas de ello podría ser el progresivo
descenso del apoyo popular a las opciones independentistas a lo largo de los
años, ya que la mayoría de los puertorriqueños asumen que la isla necesita
imperiosamente el control y apoyo de EEUU para su supervivencia económica.
En lo que respecta al
plano social, grupos defensores de los derechos humanos, así como por la
Iglesia Católica argüían que el gobierno favorecía mediante políticas agresivas
el control de la natalidad, fomentando la esterilización quirúrgica y
facilitando la emigración de puertorriqueños, para hacer descender
artificialmente las cifras de desempleo.3
El demógrafo Jorge Duany,
señala que: "Puerto Rico tiene el dudoso privilegio de poseer una de las
tasas más altas de emigración en el mundo". En 1940, antes de la llegada
de la Operación Manos a la Obra, el 96% de los portorriqueños vivían en la
isla. Este porcentaje bajó radicalmente, en cuanto se inició la destrucción de
puestos de trabajo en el sector primario. En 1960 había caído al 72%, y en 1980
al 61%. En 2004 es cuando se cruza el Rubicón en este éxodo: la mayoría vivía
ya fuera de la isla, principalmente en EEUU. Esta migración masiva se estimuló,
no sólo a través de promesas de disponibilidad de empleo en los Estados Unidos,
sino también por medio puentes aéreos con billetes a precios módicos. En 2009
alcanzaba los 448 habitantes por kilómetro cuadrado, frente a los 91 de España,
54 de México o 32 de EEUU, según datos del mismo año.
De
la manufactura a la industrialización intensiva de capital
.En Puerto Rico el problema económico siempre ha sido
un tema cadente y necesario . Entre los
elementos han afectado nuestras finanzas uno primordial es el status político.
Por más de seis siglos hemos sido sucursal de otras naciones .
[1]
Antonio Gonzalez . Economia Politica de Puerto Rico San Juan , Puerto Rico ,
Editorial Cordillera , 1971 , pag 11.
[2] La
historiadora María Inés Barbero nos dice que: “la expresión segunda revolución
industrial se utiliza para hacer referencia al conjunto de innovaciones técnico
-industrial fundadas en el acero barato, la química, la electricidad, el petróleo,
el motor de combustión interna, la nueva empresa moderna y nuevos tipos de
gestión del trabajo y organización industrial que emergen durante el último
tercio del siglo XIX,
[3] Edwin
Irizarry Mora. Evolución histórica de la economía
de Puerto Rico. Disponible en: www. enciclopedia .org. Recuperado el 8 de
enero de 2016.
[4] Silverio
Pérez. La Vitrina rota o qué carajo paso aquí. San Juan Ediciones Callejón,
2016 pág. 128.
[5] Linda
Colon. Pobreza en Puerto Rico radiografía del Proyecto Americano. San Juan,
Editorial Luna Nueva 2006 pág. 165
[6] Rafael
Pico. Geografía de Puerto Rico. Rio Piedras, Puerto Rico, Editorial Universitaria,
1964, página 164.
[7]
Mario Cancel. Disponiblenhttps://historiapr.wordpress.com/2008/03/11/economia_cultura_1898_1917/.
Recuperado el 17 diciembre de 2016.
[8] Amílcar
Cintrón Agile. La inclusión de Puerto Rico en las leyes de cabotaje y su
impacto económico en la isla. Disponible en: www.enciclopedia
de puerto rico. con
[9]
Adam Smith. La Riqueza de las Naciones.
Buenos Aires, Longseller , 2002 pág. 116.
[10] Linda Colon. Pobreza en Puerto Rico Radiografía del Proyecto Americano . San Juan,
Editorial Luna Nueva 2006 pág. 180
[11] Silvestrini,
B. G., & Luque de Sánchez, M. D. Historia de Puerto Rico, trayectoria de un
pueblo. San Juan: Editorial Cultural, 1991.
[12]
Estaban Bird .Financiamiento Industrial de Puerto Rico pág. 24
[13] Luis
Diaz Soler
[14] Jorge
Bolivar Fresnada .
[15] Ibid
[16]
Antonio Gonzalez . La Economia Politica de Puerto Rico .
[17] Henry
Wells . La Modernización de Puerto Rico
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