Economía de Puerto Rico 1898-1950

  Capítulo I –Puerto Rico ante el Proyecto de Industrialización
A.    Trasfondo Histórico 1898- 1940 
 En 1898 Puerto Rico dejó de ser una colonia española para convertirse en una colonia estadounidense por virtud del Tratado de Paris concertado entre España y Estados Unidos al finalizar la guerra Hispano- Americana . A tenor con las dispociones de dicho pacto , la llamada madre patria cedió la isla de Puerto Rico y sus islas adyacentes al gobierno de  Estados Unidos al mismo tiempo que ponía el destino político del país en manos del Congreso Federal Norteamericano. Las consecuencias de ese trato entre ambos imperios dejaron a Puerto Rico asimilado política y económicamente al orden jurídico -constitucional de los Estados Unidos sin que tal condición haya sido modificada substancialmente desde el cambio de soberanía. [1]  
 Al pasar de un imperio a otro la isla sufrió transformaciones forzosas en el modelo económico. España era una potencia mercantilista gobernada por una monarquía parlamentaria mientras Estados Unidos una nación capitalista e industrializada dirigida por una república federal democrática. Los Estados Unidos conjuntamente con  Alemania fueron los principales representantes de la Segunda Revolución Industrial[2] . El despegue de la industrialización norteamericana se hace presente desde las primeras décadas del siglo XIX, pero es después de la Guerra Civil (1861-1865) cuando va a llegar a una etapa de maduración, que en el siglo XX la colocaron como potencia mundial. Es decir, Estados Unidos de ser una nación no desarrollada, agrícola y exportadora de materias primas se convirtió en una nación desarrollada, manufacturera y acreedora.
El desarrollo económico de Puerto Rico se ha dado de forma lenta y errática a través de la historia. Durante el dominio español, la base de la economía la constituyó el monocultivo de caña de azúcar. Durante las primeras tres cuartas partes del siglo XIX la economía de la isla fue una fundamentalmente agrícola. Se cultivaba y se exportaba caña de azúcar, tabaco y café. En este periodo, la agricultura de subsistencia comenzó a perder terreno ante el avance de la agricultura destinada a abastecer los mercados del exterior. La explotación de la tierra para la exportación de estos tres productos, provocó no sólo la reducción de la agricultura de subsistencia, sino también el que Puerto Rico se convirtiera netamente en un país importador de alimentos.
El desarrollo de nuestra agricultura fue pausado hasta que pasamos al dominio de los Estados Unidos en el 1898. Durante las tres primeras décadas del siglo XX, los Estados Unidos intentaron cambiar sin éxito el modelo económico y social de Puerto Rico. A su llegada al país en 1898, los estadounidenses se encontraron con la necesidad de imponer un nuevo modelo económico y social en la isla, ya que los existentes parecían estar anclados en la época feudal. Tras su llegada a los norteamericanos pronto tomaron el control de la producción de azúcar, la mayor fuente de inversión de la isla en esos momentos.

El antiguo estilo patriarcal de pequeñas granjas, donde empleados y propietarios trabajaban la tierra juntos y que era tan típico de la sociedad española de la época, fue rápidamente sustituido por grandes corporaciones que aportaban maquinaria pesada y liberaban a los dueños de las tareas de la tierra. En poco tiempo los pequeños granjeros fueron discriminados a favor de las grandes superficies de tierra cultivable que para 1930 ya habían invertido alrededor de 120 millones de dólares en el sector.

La presencia y dominio de las grandes compañías provocaría un grave problema económico en la isla, ya que, aunque la Ley Foraker de 1900 prohibía que una empresa controlara más de 500 acres de tierra, cuatro grandes corporaciones bajo control estadounidense: The South Porto Rico Sugar Company, The Fajardo Sugar Company, Central Aguirre Asociados y The United Puerto Rico Sugar Company, controlaban más del 50% de la producción de azúcar de la isla.
El economista Edwin Irizarry Mora sintetiza el momento de la guerra Hispanoamericana en donde Puerto Rico fue invadido por las fuerzas navales de Estados Unidos, ya era evidente que el país era algo más que un puñado de gente empobrecida, como se ha pretendido establecer en las versiones oficiales estadounidenses. La economía y la sociedad puertorriqueña funcionaban de forma coherente dentro del sistema de explotación de las grandes masas de trabajadoras rurales, y en menor grado urbanos , que constituían el motor que generaba su dinamismo .La banca , el comercio ,la manufactura y sobre todo ,la agricultura eran industrias con sentido de organización y de dirección , aun dentro de las enormes limitaciones impuestas por España .Aunque el sistema político apenas comenzaba a desarrollarse ,la búsqueda de libertades civiles individuales colectivas en anheladas por no pocos dirigentes .
 Además, Edwin Irizarry expresa que la invasión de Estados Unidos a Puerto Rico en julio de 1898 tuvo motivaciones tanto políticas como económicas. Luego de devaluar y de eventualmente eliminar el peso (la moneda nacional) para imponer el dólar, se sentaron las bases para el nuevo régimen político y económico. Se precipitó la decadencia de la industria cafetalera que había comenzado con la destrucción provocada por el paso de los huracanes de 1899, 1928 y1932, y con la pérdida de mercados externos. Igualmente, se inició una profunda transformación estructural que crearía las condiciones para el desarrollo de una economía de monocultivo Cañero[3].
El escritor, cantante y productor, Silverio Pérez plantea que Puerto Rico fue, después de la invasión, un enclave agrario. Un enclave quiere decir que un país altamente desarrollado como Estados Unidos de América utiliza un territorio o una colonia para producir lo que su economía necesita, no necesariamente lo que la colonia necesita. El propósito primordial es sustraer ganancias, una frase sutil que realmente quiere decir explotar la colonia. Con ese propósito los Estados Unidos convirtió a Puerto Rico en un enclave industrial primero liviano, después pesado. [4]
Lo antes dicho lo avala la socióloga Linda Colón, ella establece que el modelo económico de Puerto Rico en las primeras cuatro décadas de la llegada de los norteamericanos a la isla fue un modelo agro exportador el cual llevo a la isla a convertirse en una generadora de miseria y a su vez en un enclave azucarero – tabacalero; siendo estas las materias primas para la exportación de mayor producción durante ese periodo. Nuestras tierras fueron vistas como un lugar desde donde expandirse a América Latina y desde donde elaborar aquellos productos necesitados por el mercado estadounidense a un precio bajo y con una mano de obra barata.[5]
El planificador, Rafael Pico establece que con el estímulo de capital norteamericano en nuestra industria azucarera trajo progreso. Como resultado, aumentaron la producción doméstica y el ingreso. Pronto, sin embargo, se vio que nuestro bienestar económico y social no podía depender exclusivamente de la agricultura. Los primeros cuarenta años del siglo veinte se caracterizaron por el desempleo estacional, los bajos salarios, el latifundio y el ausentismo. Los malos efectos de estas condiciones económicas se intensificaron al casi duplicarse nuestra población durante esos primeros cuarenta años. El desempleo alcanzó niveles extraordinarios debido a las escasas oportunidades de empleo. Las condiciones de trabajo, cuando se encontraba, eran deprimentes. [6]
El historiador Mario Cancel establece la manera en que las autoridades estadounidenses se organizaron al invadir la isla ,en un régimen militar bajo la Ley Forales de 1900 y favorecieron el sector económico de la caña de azúcar y sus derivados. La actitud se entiende, ya que dicho reglón había sido el punto de unión entre los dos imperios que han regido a Puerto Rico esto así desde el siglo XIX.  Esto estimuló el crecimiento de una clase de empresarios ricos que lo mismo militaban en el Partido Federal Americano, luego en el Partido Unión de Puerto Rico, que en el Partido Republicano Puertorriqueño. Este sector favorecía la presencia de Estados Unidos en el país y la americanización política y económica de la colonia en diversos grados. Los otros sectores que recibieron una inyección de capital fueron la industria de las frutas y el tabaco. Cancel concluyó que en los tres casos se estimuló la inversión de capital americano en el país. La dependencia de los pequeños y medianos propietarios agrarios del gran capital extranjero, se generalizo. La competencia por el control del mercado entre portorriqueños, como se les denomino, y americanos fue desigual. Por lo regular, los sectores capitalistas extranjeros – no americanos – se aliaron indistintamente con los de uno u otro origen. Esa lucha de sectores, informada de un contenido político y cultural, fue uno de los fermentos del nacionalismo puertorriqueño del 1920.[7]  
Tras la invasión del 1898, el café perdió sus mercados europeos. El producto no fue protegido por Estados Unidos lo cual lo puso en una situación de desventaja enorme con respecto a la sacarina. Las pequeñas industrias y las artesanías sintieron la competencia de la producción en serie e industrial que provenía del norte. El desplazamiento de esos sectores por las condiciones económicas de la nueva soberanía condujo, por un lado, a la oposición de carácter gremial de los primeros movimientos socialistas del siglo XX. Del mismo modo, numerosos cafetaleros y artesanos disgustados se asociaron al independentismo y al nacionalismo puertorriqueño entre 1912 y 1922.
Uno de los fundamentos que representan la dominación colonial en la isla de Puerto Rico fue desde la llegada de las leyes de cabotaje. El historiador Amílcar Cintrón, establece que las leyes de cabotaje surgieron en 1900 para garantizar el fomento de los intereses estadounidenses. Eran necesarias para controlar los puertos y para facilitar el transporte del azúcar a las refinerías en la costa este de Estados Unidos. También los intereses azucareros se beneficiaban con las ganancias generadas por el flete de los barcos. Las leyes de cabotaje representaron un gran obstáculo para el desarrollo económico de la Isla. Los costos de flete que obligaban afectaban el costo de los víveres, de las medicinas que consumen los puertorriqueños, de la maquinaria agrícola y de construcción, de los autos, de la materia prima y de los artículos semielaborados para ensamblaje en las fábricas o totalmente elaborados que se embarcan para Estados Unidos de América. [8]
Por otro lado se establece el Acta Jones aprobada en 1917 la misma no cambió fundamentalmente nada ni tan siquiera  introduce  alguno  relación relativa a la  inmigración, comercio, sistemas monetario y tarifario tratados comerciales leyes marítimas, comunicaciones y en los sistemas judicial y de defensa El gobierno local se continuó financiando principalmente de los aranceles cobrados sobre los bienes que se importaban a la isla y a través los ingresos federales devueltos a Puerto Rico producto de arbitrios sobre tabaco, run y otros productos vendidos en los Estados Unidos.  El resultado combinado de ambas Actas, en lo concerniente a los factores económicos, puede resumirse en tres puntos principales: Primero se establece un área de libre comercio entre los dos países con el correspondiente libre movimiento de bienes y servicios y factores de la producción. Segundo se establece libre acceso al mercado financiero. Tercero se incluye a la Isla bajo las leyes de Cabotaje de los Estados Unidos.
El economista, Adams Smith en el 1776 ya había visto lo que acontece cuando se restrieguen las importaciones de mercancías extrajeras que podían producirse en el país: Por medio de limitaciones, ya sean aduaneras o bien prohibiciones totales sobre productos producibles en el país, se logra un monopolio del mercado interno de la industria nacional. lo cual produce un incentivo para los industriales, moviendo un capital y un trabajo nacional hacia esas manufacturas, pero sin que eso signifique un poderoso aumento de la actividad económica del país. No existen regulación comercial que posibilite aumentar la actividad económica de una sociedad fuera de límites de lo que su capital pueda mantener.[9]En Puerto Rico el monopolio se vio en los productos de la azúcar y el tabaco que paso a manos de inversionista extranjeros y trajeron múltiples problemas económicos a la isla, ya que todos los beneficios iban para el inversionista y el obrero quedaba con los bolsillos vacío después de haber trabajado de sol a sol.
Si en pocas palabras fuésemos a describir los eventos de mayor importancia del periodo de 1899 al 1928 podríamos decir que este se caracterizó por un rápido desarrollo de aquellas cosechas protegidas por la tarifa norteamericana especialmente el azúcar y el tabaco- un gran influjo a la Isla de capital externo; la consolidación de las tenencias azucareras y la expansión de actividades procesales. La extensión de la protección tarifaria a Puerto Rico hizo de la producción de azúcar y tabaco una altamente productiva y lucrativa. Como resultado se atrae a la Isla un alto volumen de capital y Puerto Rico, cuyo potencial económico no se había realizado hasta el momento, revela fuentes de riqueza en la agricultura hasta ahora insospechadas. Más aun el gobierno insular, el cual durante los primeros 18 de los 28 años, por lo menos, estuvo controlado por presidentes de Estados Unidos, proveyó capital de desarrollo esencial en forma de una gran variedad de proyectos de infraestructura. Durante este periodo el ingreso de la Isla alcanzó su punto más alto en 1927. Las compras per-cápita del resto del mundo fueron 12 veces más alta que en 1900.
La bonanza económica que vivieron los Estados Unidos en la década de 1920 llegó a su fin en octubre de 1929 cuando la economía norteamericana sufrió el peor colapso de su historia como consecuencia de la falta de regulación, la sobreproducción y la especulación. El pueblo norteamericano entró así en un largo periodo de crisis conocido como la Gran Depresión, que llevó a millones de personas al desempleo y a la miseria en la nación más rica del mundo.

En Puerto Rico, los efectos de la Gran Depresión fueron terribles como resultado de la
enorme dependencia de la isla en la economía norteamericana. El derrumbe económico
estadounidense llevó a Puerto Rico a la peor crisis de su historia. Con la contracción del
mercado estadounidense, se redujeron las exportaciones y aumentó el desempleo, y con ello la pobreza. Los problemas socio-económicos exacerbaron el ambiente político provocando un periodo de inestabilidad y violencia. Los conflictos laborales y la criminalidad aumentaron en número e intensidad. Bajo el liderato del abogado ponceño Pedro Albizu Campos, el Partido Nacionalista cuestionó el control colonial de la Isla, provocando la reacción del gobierno insular y federal. La Isla vivió, entonces, uno de los periodos de violencia política más sangrientos de su historia. En Estados Unidos, el Presidente Franklin D. Roosevelt puso en práctica un programa de reforma económica y asistencia social conocido como el Nuevo Trato que fue extendido a la Isla. Miles de puertorriqueños se beneficiaron del programa federal de trabajo y de la distribución gratuita de alimentos, zapatos y ropa. La ayuda del gobierno federal contribuyó a aminorar las consecuencias de la crisis, pero no acabó con la desigualdad ni la pobreza reinante en la Isla.
Los tiempos cambiaron de prosperidad económica que caracterizó a la década de 1920 a una crisis abrupta en el 29 de octubre de 1929, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York, institución financiera que manejaba grandes inversiones de capital, colapsó. Ese día los Estados Unidos entraron en una profunda crisis económica que duraría más de diez años y que amenazó el sistema de vida norteamericano. Contrario a otras crisis anteriores, la de 1929 fue más severa, pues no estuvo limitada a los Estados Unidos, sino que fue una crisis mundial. Para 1932, entre 10 y 15 millones de norteamericanos estaban desempleados, cientos de negocios de diversos tamaños se habían ido a la quiebra y por lo menos 5,000 bancos habían cerrado sus puertas. Nunca antes la economía norteamericana había caído tan baja. Muestra de ello eran los cientos de estadounidenses que a diario hacían largas filas para recibir un plato de sopa o una manzana gratis.
La crisis provocó una caída en la demanda y las ventas de los productos puertorriqueños en el exterior, lo que redujo las ganancias de los productores. La caña de azúcar sufrió el impacto inmediato de la crisis, pero comenzó a recuperarse rápidamente. Durante la década de 1930, el precio del azúcar registró niveles más bajos que la década anterior. En 1934, el Congreso aprobó la Ley Jones-Castigan estableciendo cuotas azucareras con el fin de frenar la caída de los precios. La ley establecía la cantidad de toneladas de azúcar que los productores podrían vender en el mercado norteamericano. A Puerto Rico se le asignó una cuota de 803,000 toneladas anuales. Esta ley no fue del agrado de diversos sectores de la sociedad puertorriqueña porque provocó la reducción en la producción azucarera, lo que dejó sin trabajo a más puertorriqueños. La crisis tuvo un impacto severo sobre la producción tabacalera. Contrario al azúcar, la recuperación del tabaco fue mucho más lenta. La crisis económica vino a complicar la ya delicada situación del café puertorriqueño. La industria de la aguja siguió un patrón muy similar al azúcar. La manufactura de ropa se recuperó rápidamente y mantuvo un nivel de exportación alto. La reducción en las ventas y las ganancias llevó a las compañías a reducir gastos. Esto se tradujo en el despido de trabajadores y en la reducción de los salarios. En 1932, el salario promedio de los trabajadores cañeros era de 11 centavos la hora. Un año más tarde bajó a 9.6centavos la hora. Los trabajadores tabacaleros recibían un sueldo aún menor, pues recibían 4.3centavos por hora, es decir, un salario semanal de un $1.27. Las mujeres que trabajaban en el tabaco recibían una paga menor que la de los hombres, pues sólo ganaban 97 centavos semanales. El despido de trabajadores agravó el problema del desempleo en la Isla.  Gran parte de los trabajadores fueron víctimas del trabajo estacional, que les condenaba al desempleo una buena parte del año. La crisis redujo aún más las oportunidades laborales existentes. Muy pocos puertorriqueños trabajaban más de cuatro días semanales, y de ellos, la mitad ganaba menos de $1 diario. Para 1933, el 65% de los puertorriqueños estaba desempleado. A la caída de los salarios y el aumento del desempleo es necesario añadir un tercer problema: el incremento en los precios de los alimentos importados, que eran la base de la alimentación de la mayoría de los puertorriqueños. Para 1932, el precio del quintal de arroz aumentó de $2.40 a $4.10, el de las habichuelas de $3 a $5.25 y el del bacalao de $19 a $28.En conclusión, la crisis empeoró la situación de la inmensa mayoría de los habitantes dela Isla, quienes apenas podían subsistir.
La crisis económica vino acompañada de varios desastres naturales que complicaron
aún más la situación de la Isla. En septiembre de 1928, el huracán San Felipe atravesó Puerto Rico dejando una estela de destrucción a su paso. San Felipe causó la muerte a más de trescientas personas y destruyó la cosecha de café y gran cantidad de casas y edificios. El costo de los daños producidos por este huracán ascendió a los $85 millones. Cuatro años más tarde, los puertorriqueños sufrieron la visita de otro huracán. El 26 de septiembre de 1932, el huracán San Ciprián entró a la Isla por el este con vientos de 120 millas por hora. A pesar de que era un fenómeno de menor intensidad que San Felipe, San Ciprián mató a más de 200 personas, destruyó la cosecha de tabaco, café y frutos menores, y causó daños valorados en $30 millones de dólares. Más de 100,000 personas perdieron sus hogares; ya que éstos eran casas de madera techadas con cinc o cartón, y en algunos casos paupérrimos algunas personas vivían en chozas de paja. El descenso en los salarios, el aumento del desempleo, el incremento de los precios delos alimentos y los desastres naturales se combinaron para hacer muy difícil la vida en la Isla. Miles de puertorriqueños vivían en arrabales en pésimas condiciones y sin esperanzas de mejorar. Para complicar aún más la situación de los puertorriqueños, la emigración a la Metrópolis dejó de ser una opción, porque allá las condiciones económicas también eran terribles.
Los severos problemas socioeconómicos que vivió Puerto Rico en la década de 1930
provocaron un gran descontento popular. El desempleo, el hambre y la desesperanza
convirtieron a los años 1930 en un periodo conflictivo caracterizado por protestas, huelgas y violencia política.
La socióloga, Linda Colón, categoriza la década del treinta como la de la llegada del Welfare State a Puerto Rico. Con dicha década el estado colonial comenzó una nueva etapa y asumió funciones que hasta entonces no había tenido. La política del welfare state tuvo entre sus funciones la creación de una demanda agregada para mantener rentable la producción privada y asegurar las ganancias corporativas. Con tal propósito, el gobierno federal intervino invirtiendo recursos en la construcción de infraestructura y viviendas invirtiendo, proveyendo servicios públicos educativos y de salud; otorgando prestamos alas agricultoras; comprando cosechas excedentes; creando empleos y repartiendo alimentos y subsidios entre las más podres. A su vez estableció leyes de defensa para los trabajadores, como el seguro social. El propósito era que todas estas medidas pusieran en marcha el sistema económico y reactivaran la economía. Sin embargo, el modelo fue exitoso en los países centrales, pero no así en Puerto Rico. Los fondos federales pese a su impacto en el medrado presupuesto colonial no lograron transformar la situación de fondo[10] .
 Por otro lado, el hecho de que en la administración estatal llegará a gobernar en 1932 la Coalición Republicano-Socialista. Una alianza contrastante en sus principios políticos pues los republicanos velaban por los intereses empresariales mientras que los socialistas llegaban al poder con la promesa de fiscalizar a las empresas en provecho de los trabajadores. A pesar de ello, la realidad fue otra; el Partido Socialista quien debía contrarrestar los intereses republicanos sucumbió en el intento. Gradualmente fue desvirtuándose de sus ideales obreros y resultó ser un partido más de derecha. Como resultado la gobernación de la Coalición que se extendió por ocho años reflejó ser más beneficiosa para los intereses corporativos que para los intereses de los trabajadores[11]
 Estaban Bird  sitúa los primeros esfuerzos coordinados para fomentar el desarrollo industrial de la isla en el 1931 bajo la administración del Gobernador Teodoro Roosevelt , se reorganizo el Departamento de Agricultura y Comercio y se creó dentro del mismo un Negociado de Comercio e Industria con ese propósito. Desde entonces el Gobierno de Puerto Rico ha continuado en una u otra forma fomentando el desarrollo industrial de la isla En el 1935, la Asamblea Legislativa preparo un plan para la rehabilitación económica y social del país y sugirió que para complementar el desarrollo de la producción agrícola, debía existir un plan coordinado para la utilización de los productos del suelo y transformarlos en artículos de consumo que pudieran ser exportados a otros mercados .[12]
Sin duda, la situación ameritó reformas para lograr su futura recuperación. Desde Estados Unidos y bajo el mandato del Presidente Franklin D. Roosevelt nuevas ideas se organizaron para llevar a cabo una gestión reformadora que se denominó Nuevo Trato. Estas ideas que surgieron como un paliativo contra los efectos dañinos de la depresión incluyeron una serie de programas destinados a intervenir directamente en la economía nacional. Se trabajó para estabilizar el sistema económico con la intención de asegurar las ganancias adecuadas que proporcionaran la seguridad del empleo.  Así, el sistema político se movilizó hacia la regulación administrativa del mercado económico capitalista y se alejó del liberalismo que distinguió las políticas económicas del siglo XIX y principios del XX con su actitud de laissez faire. En general, se procuró la conveniencia que proporcionaba la regulación del mercado, entre otras cosas, para tratar de disminuir los efectos negativos y la severidad de crisis futuras. Ideas de carácter social basadas en los valores de igualdad y seguridad socioeconómicos fueron habitualmente implantadas, un ejemplo de ello fue la creación del seguro social.
En Puerto Rico estás ideas se concretaron a través de la extensión del Nuevo Trato al ruedo local. Fue evidente que respondieron más a un proceso empírico que a uno ordenado y previamente meditado, todavía más cuando tuvieron que ajustarse a la realidad insular muy diferente al escenario continental. La primera fase de su implantación se materializó con la creación de la Puerto Rica Emergencia Relee Administración (PRERA). Una agencia establecida en 1933 por medio de una cooperación estatal-federal. Ésta más que cambiar el sistema económico o social tuvo como objetivo aliviar la crisis y el estado de miseria que vivía la isla a través de estímulos económicos. Sin embargo, su vida fue corta y sus efectos, aunque positivos, en su gran mayoría, fueron muy escuetos. Ni la esfera política coalicionista ni el gobernador de turno, Robert H. Gore brindaron verdadero apoyo pues más que querer ayudar a fomentar la implantación de nuevos programas parecían manifestar su desacuerdo con estos.
El Plan Chardon
 El historiador Luis Díaz Soler describe el Plan Chardon . Primero establece los antecedentes que acontecían antes de Plan . Puerto Rico vivía una aguda crisis económica la cual era respaldada por las restricciones a la producción a la azucarera que imponía la Ley Costigan – Jones , esta inspiro la elaboración de un plan de rehabilitación de iniciativa puertorriqueña que se conoció como el Plan Chardón .Dicho plan , fue presentado a comienzos de 1934 ante la presencia de la Primera Dama de los Estados Unidos de América, la Sra. Eleonor Roosevelt, durante su visita a la Isla, el 7 de marzo de 1934 . La primera dama estaba acompañada de Harry Hopkins , Ruby Black y Rexford Guy Tugwell . La Sra Rooselvet y el Sr. Hopkins se reunieron con Muñoz Marín en una oficina del Escambron Beach Club y tres días después hubo una reunión en La Fortaleza con la presencia del gobernador  Winship , el procurador general Benjamin Horton , el Secretario del Trabajo , Prudencio Rivera Martínez , el secretario de educación , José Padín , el secretario de agricultura , Rafael Menéndez Ramos , el Director de la PRERA, James Bourne, el Administrador de la NRA en Puerto Rico Boaz Long , el presidente de la Camara de Comercio Filipo de Hostos , el administrador de la Central Fajardo , Jorge Bird Arias , el Obispo James R Byrne y el Canciller de la Universidad de Puerto Rico Carlos Chardón. Este ultimo se encargo de presentar el proyectado plan Chardon basado en las premisas discutidadas ante el Senado Insular el 14 de febrero . Las tierras adquiridas de la United Porto Rico Sugar Company serian divididas en lotes de 50 cuerdas ; si se disponían de quince mil a treinta mil cuerdas , se podrían beneficiar trescientos agricultores que podrían obtener pequeñas fincas de dos mil a tres mil cuerdas . se le podrían otorgar a familias de agregados para sembrar en ellas productos alimenticios y otros productos agrícolas de consumo local . Las cinco centrales podían moler sus cañas. La idea detrás del plan era mejorar los ingresos de los trabajadores . El Gobernador no simpatizaba con el proyecto tampoco las “ fuerzas vivas “ ni su gente de la Coalicion mayormente del ala republicana , que veian afectados sus intereses económicos.El 11 de marzo , Muñoz Marín y la Sra. Rooselvelt se reunieron en La Fortaleza para dialogar del el Plan Chardón.La visita de la primera dama estadounidense fue exitosa ; llevaría a su esposo los pormenores del plan que se estaba gestando con la bendición de Munoz y Tugwell para rehabilitar la isla .[13] Entre sus objetivos más destacados estuvo la atención de tres puntos fundamentales para su autor: la tenencia de grandes extensiones de tierra por parte de las corporaciones azucareras, los altos niveles de desempleo y el constante crecimiento poblacional. Para ello propuso varias iniciativas, entre las que destacan: frenar los intereses corporativos de la industria azucarera (limitando su producción, haciendo efectiva la Ley de los 500 acres, fomentando la creación de corporaciones públicas en el sector azucarero, etc.), diversificar la economía por medio de la ampliación de sus productos, promover la industrialización y desarrollar políticas de emigración.
Algunas de las propuestas expuestas en el Plan Chardón vieron la luz en la creación de la que se puede considerar la segunda fase materializada del Nuevo Trato en Puerto Rico, la creación de la Puerto Rican Reconstruction Administration. Una agencia establecida en 1935 y popularmente conocida como la PRRA. Aunque tuvo mérito, sus logros igualmente fueron limitados pues muchas de sus propuestas no lograron deshacerse de su carácter experimental. Aun así, destacan medidas como: limitar producción de la azúcar, comprar varias centrales azucareras ,obtener terrenos para vender arrendarlos o cederlos , establecer fincas de subsistencia en terrones menos productivos ,aumentar pago para moler cana , establecer fabrica de cemento , fijar salario de los trabajadores del azúcar  la reducción del desempleo, la construcción de viviendas, la electrificación rural, la mejora en las condiciones de salud, la organización de asociaciones agrícolas o el inicio de un control experimental sobre la industria azucarera. Estas medidas fueron haciendo el camino para el posterior cambio socioeconómico gestado a mediados de la década siguiente cuando las fuerzas políticas cambiaron y ya no dominaron los intereses de la Coalición. Los fondos asignados por el Congreso para la implantación del Plan Chardon fueron reducidos drásticamente a partir de 1937 .El programa de rehabilitación rural fue detenidolo que resultaba en un indudable beneficio para las corporaciones azucareras que temían en la implantación de la Ley de las 500 Acres.
Un desarrollo económico sostenido fue la inquietud más seria de Muñoz Marín y su partido al asumir el poder en la legislatura en 1940. Durante la campaña electoral de 1940 Muños Marín apeló directamente a los trabajadores desposeídos de tierras en los diferentes distritos de las islas y a las masas de Trabajadores urbanos. En las elecciones de 1940 el PPD obtuvo un tenue control de la legislatura, pero suficiente como para iniciar un programa económico
positivo. En las elecciones de 1944 el PPD obtuvo una victoria contundente y el control de todas, excepto tres, de las 58 sillas en las dos cámaras legislativas. Aunque la administración del Partido popular bajo el liderato de Muñoz inició su incumbencia con un programa de desarrollo basado principalmente en la agricultura pronto se dieron cuenta que una isla sobrepoblada y con un serio problema de desempleo no podría aumentar significativamente su bienestar económico basando su estrategia de desarrollo en la agricultura. Sin embargo, no fue hasta tarde en la década que se reorienta la estrategia dándole más énfasis a la promoción de industrias manufactureras. En los primeros años de la década se diseña un programa encaminado a aumentar la productividad agrícola y a
diversificar la misma. Bajo este programa se aplicaría en forma más estricta la ya
existente ley de 500 acres y se crearían dos agencias claves, la Autoridad de
Tierras y la Compañía de Desarrollo Agrícola.
En Estados Unidos, mientras tanto, el presidente Roosevelt reconoció la necesidad de un nuevo y más constructivo enfoque a los problemas existentes en Puerto Rico. Roosevelt nombra como gobernador de Puerto Rico a Redford G.Tugwell en 1941. Tugwell, un científico social liberal y un funcionario de gran experiencia en la administración pública, ayudó a inicial el programa de reforma y desarrollo económico y ayuda a la isla en sus luchas en la capital de la Metrópolis. Además, establece las bases para la ejecución del programa económico reorganizando la rama ejecutiva y colaborando en la preparación de los recursos
humanos jóvenes y valiosos que más tarde pasarían a ocupar posiciones de alta responsabilidad.  
En resumen, los primeros años de la década de 1940 al 1950 marcan el comienzo de una nueva era. En 1940 se establece formalmente el Partido Popular Democrático bajo el liderato del senador  Luis Muñoz Marín su plataforma económica comprometida con el desarrollo económico. Rexford G. Tugwell es nombrado gobernador de la Isla y el 1941 marca la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente se inician los primeros experimentos encaminados a formular una estrategia de desarrollo que pudiera sacar la Isla del “círculo vicioso de la pobreza".
En realidad, se podría argumentar, con cierto grado de certitud, que los cimientos del alto crecimiento que experimenta la isla, a partir de 1950, se establecen en esta década. Entre las fuerzas que se reconocen como favorables en las promociones del crecimiento económico se pueden distinguir los siguientes: primero el impacto de la Segunda Guerra Mundial, segundo el serio compromiso de las autoridades públicas hacia el desarrollo económico y tercero la actitud positiva del ciudadano puertorriqueño. La Segunda Guerra Mundial provee al gobierno local con los fondos necesarios para iniciar el proceso de desarrollo. Se estima que un total de $160 millones fluyeron a la isla producto de remesas relacionadas con la devolución al gobierno local del arbitrio sobre las ventas de run en los Estados
Unido impuesto por el gobierno federal. Estos fondos se usaron para la
construcción de factorías, carreteras, puertos y otra infraestructura necesaria para
el desarrollo económico. La Guerra también generó otros flujos de dólares a la isla
por concepto de pagos a los familiares de soldados sirviendo al ejercito de los
Estados Unidos y ayuda a compañías establecidas en la isla creando así una fuente
de demandada para los productos locales, manufacturados y agrícolas.
El historiador Jorge Bolívar Fresnada denomina el periodo del 1939 al 1948 como uno de economía militar producida por la Segunda Guerra Mundial. La característica principal fue dada por un proceso en donde la propiedad estatal de las cinco fábricas no fue lo que ayudo al progreso, sino el gasto militar en Puerto Rico y el crecimiento del ingreso por concepto de las exportaciones de ron que supuso la coyuntura de la Guerra Mundial. Son estas dos formas de “intervención estatal”, y no el supuesto impacto de las fábricas de propiedad del gobierno lo que marca la naturaleza especial de este periodo. Desde que comenzaron a operar las fábricas estatales hasta el 1948, el Gobierno de Puerto Rico invirtió $10.7 millones en el proyecto, el cual generó 992 empleos. En el periodo que denominamos como economía militar, el Gobierno de Estados Unidos le facilitó a Puerto Rico sobre un billón de dólares entre gastos sociales, militares y subsidios sobre las ventas del ron. Además, se crearon decenas de miles de empleos, según se demostrará más adelante. Este señalamiento le da más importancia a cómo se generó el ingreso del país que a cómo lo gastó el Gobierno Insular. Es cierto, por lo tanto, 1948, tres años después de finalizada la Guerra, el ejército y la marina estadounidenses, comenzaron a despojarse de muchas de las propiedades adquiridas durante la Guerra y los gastos federales mermaron. Este periodo marcó el principio del final de la preponderancia del azúcar como el motor económico y el principio del plan industrial, el cual ocuparía su lugar. Marca, además, el fin del papel protagónico que tuvo el capital local en la industria azucarera que la intervención estatal fue el elemento clave del desarrollo económico durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no fue la propiedad estatal de las fábricas sino el gasto federal en la Isla lo que tuvo mayor impacto.[14]
En 1939, antes que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial, comenzó la construcción de una base naval en Isla Grande. A la misma vez, el Gobierno Federal gastó$33.3 millones en asistencia al Gobierno Insular. Esta cantidad aumentó a $110.1 millones en 1942, tras la participación de Estados Unidos en el conflicto. En estas partidas se encontraban incluidos programas de asistencia social, como el Works Projects Administration (WPA, por sus siglas en inglés), múltiples construcciones de índole social y militar que proveyeron empleo a miles de desempleados. Los arbitrios repatriados sobre la venta del ron puertorriqueño en el mercado estadounidense –subsidio provisto por el Congreso de Estados Unidos en 1935– aumentaron súbitamente en 1944 y proveyeron ingresos adicionales para un sinnúmero de iniciativas del gobierno local. [15]

La Reforma Agraria
    El periodo de la economía militar ayudo a la isla a forjar unas Reformas Administrativas que vendrían a darle unos nuevos aires al modelo económico. Entre los cambios que se efectuaron en la isla cabe mencionar, la reforma agraria. Un elemento que ayudo a que se pudiera realizar dichas reformas fue el advenimiento al poder de un nuevo partido político , El Partido Popular Democrático , apoyado por las masas trabajadoras y campesinas. El liderato de dicho partido, Luis Muñoz Marin ,  se había comprometido durante la campaña , a hacerle frente a uno de los problemas más serios con que habría de enfrentarse : el problema de los grandes monopolios latifundistas dominados por intereses capitalistas ausentitas .Unido a este problema estaba el de las numerosas familias despojadas de la tierra y el de los minifundios improductivas . Para hacer frente a esos problemas , el nuevo gobierno aprobó la Ley de Tierrras de 1941  creando la Autoridad de Tierras de Puerto Rico con poderes para proceder a la expropiación de las tierras poseídas por las corporaciones latifundistas en exceso de las 500 acres instituidas por la Acta Jones. La autoridad para poner en vigor la limitación de las 500 acres fue atacada por inconstitucional por los intereses latifundistas, pero la suprema Corte de los Estados Unidos sostuvo la constitucionalidad de dicha medida y la capacidad del Gobierno de la isla para implantarla .[16]
La Autoridad de Tierras de Puerto Rico creada para la implantación de la Ley de Tierras, dispone de las tierras adquiridas mediante expropiación en tres formas distintas de conformidad con las dispociones de la Ley . Parte de la tierra adquirida es distribuida en pequeñas parcelas, no con el propósito de proveer una fuente de ingreso a la familia , sino para asegurarle su vivienda . La finalidad de este aspecto del programa de reforma agraria es mas de carácter social que económico. Un segundo aspecto del programa de reforma agraria fue la ubicación de familias en pequeñas fincas que pudieran ser explotadas económicamente .Estas fincas se traspasan en venta condicionada a familias con experiencia en la agricultura . El agricultor instalado puede disponer libremente del producto de la finca , quedando sujeto al pago de una cantidad suficiente para amortizar el capital principal mas lo intereses en un termino de cuarenta anos . Las mejoras pasa a ser propiedad del agricultor y en caso de muerte , sus herederos podían continuar con la explotación de la finca . La fase mas interesante del programa de reforma agraria fue la novel creación de las fincas de <Beneficio Proporcinal > . Estas fincas se establecieron en los predios expropiados a las corporaciones sobre la base de un tipo de explotación agrícola nacionalizado. El Gobierno posee la tierra bajo cultivo azucarero y luego la arrienda a un empresario de experiencia . La Autoridad de Tierras provee la tierra y el capital de operaciones . El empresario arrendatario recibía un salario y una participación en los beneficios . Despues de cubrir los gastos de operación y de separar una proporciónpara mejoras . , el remanente se repartia entre los obreros en proporción a su salario y a las horas de trabajadas .
La reforma agraria fue limitada en sus propósitos tuvo objetivos cardinales de dar albergue y un pequeño predio de tierras    a los trabajadores que carecían de vivienda . El experimento de las fincas de Beneficio Proporcional que constituía la mayor promesa para erradicar el problema de latifundio , el monopolio y el ausentismo de capital , sin menoscabo de la producción , no se llevó a cabo a la escala nacional .
El profesor , Antonio González evaluó la reforma agraria como un gran acierto por la forma   en que se concibió y en  la declaración de propósitos de la ley , pero en la practica , probo ser limitada su eficiencia . En unas investiaciones se corroboroque las condiciones de la Autoridad de Tierras fue un fracaso y por tal motivo se recomendó la venta de las tierras que poseía la Autoridad de tierras y la disolución de dicha entidad .    


El planificador, Rafael Pico clasifica la década del 1940 a 1950 en un periodo de transformación decisiva en la vida económica de Puerto Rico. En 1940 adviene al poder un nuevo gobierno, que dedica especial atención y esfuerzo a mejorar las condiciones económicas y sociales del país. Durante la primera parte de la década, a pesar de la Segunda Guerra Mundial, se cimentaron las bases de nuestro desarrollo económico. Se vio en la industrialización el mejor recurso de dar trabajo a los numerosos desempleados. Como paso inicial, el Gobierno organizo tres agencias principales para coordinar y estimular el programa general de industrialización: a saber, la Junta de Planificación, la Compañía de Fomento Industrial y el Banco de Fomento.
La Junta de Planificacion
La Junta de Planificación fue creada inicialmente por la Ley #213 del 12 de mayo de 1942, comenzando operaciones el 10 de agosto del mismo año bajo la presidencia del Dr. Rafael Pico Santana, siendo entonces Gobernador de Puerto Rico, Rexford G. Tugwell.  El establecimiento de la Junta de Planificación no inició la planificación en Puerto Rico, ya que en mayor o menor grado, todos nuestros gobiernos habían planificado. Sin embargo, la ley del año 1942 estableció las bases para sistematizar y organizar la planificación en la Isla para hacerla más efectiva y más democrática.  La asignación inicial que se hizo para la Junta de Planificación en 1942 fue de $100,000.00. Cuando la Agencia comenzó operaciones contaba con un personal de 18 empleados regidos por una “Junta” de tres (3) miembros, constituida inicialmente por Santiago Iglesias (hijo), Antonio Texidor y su Presidente, el Dr. Rafael Picó.

Cronológicamente podemos dividir la historia de la Junta de Planificación en dos (2) etapas: la primera desde su establecimiento en 1942 hasta el 1975 y la segunda desde ese año, en que parte de sus funciones pasan a la nueva agencia ARPE, tras la Ley Núm. 75 del 24 de junio de 1975 hasta el presente. Mediante la Ley Núm. 75 de 24 de junio de 1975, por primera vez se revisó en forma integral la Ley de la Junta de Planificación de Puerto Rico que había sido creada en 1942. La Junta es el brazo fundamental con que cuenta  el Gobernador de Puerto Rico para diseñar y formular su política pública a corto, mediano y largo plazo.
La Compañía de Fomento 
 El gobernador, Rexford G. Tugwell y el senador Luis Muñoz Marín vieron en la industrialización una ventana hacia la modernización de la isla . Ambos opinaban que la industria de la azúcar ya estaba acercándose a su máximo desarrollo y no cabía esperar que diese empleos a la creciente fuerza trabajadora , ni que pagase los jornales que deberían cobrar los obreros . Discrepaban en cuanto al momento de la industrialización. Muñoz quería comenzar de inmediato , mientras Tugwell  era renuente a lanzar la promoción industrial en condiciones de guerra . Pero Muñoz insistió y Tugwell acepto a iniciar los primeros pasos .   Organizaron una Compañía de Fomento Industrial la misma se creó bajo la ley -------de mayo de 1942 . Teodoro Moscoso fue nombrado administrador general de la compañía desde sus comienzos se llamo popularmente “Fomento”[17] .
 El economista Esteban Bird ,señala los poderes que le asignaban a la Compañía de Fomento Industrial entre estos: examinar e investigar ,efectuar experimentos y estudios a cerca de los recursos de Puerto Rico y las posibilidades y métodos efectivos de fomentar su utilización adecuada mediante la fundación de empresas industriales , mineras , comerciales ,cooperativas y programas de adiestramiento educacional : y difundir el resultado de esas investigaciones .Además examinar, investigar y llevar a cabo investigaciones y experimentos sobre la venta , distribución , anuncio y exportación de todos los productos de Puerto Rico y las necesidades deseos de los consumidores de los productos de Puerto Rico , y dar a conocer los resultados de dichas actividades . Adicional podían establecer y mantener , como sus departamentos , un laboratorio de diseño , el deber del cual será preparar planes , especificaciones y modelos de productos adecuados para ser manufacturados en Puerto Rico de materia prima del país disponible y de artefactos ,equipos , plantas y sistemas industriales útiles para dicha fabricación y para allegar ,compilar y deseminar información relacionada con los mismos .






B Operación Manos a la Obra   y el Proyecto de Industrialización
Operación Manos a la Obra es el nombre con el que se conoció el ambicioso proyecto que dio inicio a la industrialización de Puerto Rico al final de la Segunda Guerra Mundial. El proyecto impulso el desarrollo económico de la Isla, y le dio énfasis al desarrollo de industrias, se implantó en 1947. El Gobierno de Puerto Rico estableció sus propias leyes sobre impuestos y contribuciones al Estado, se aprobó una Ley de Incentivos Industriales que autorizaba a empresas privadas a solicitar una exención por diez años de las contribuciones sobre ingresos y sobre la propiedad en Puerto Rico. También la exención incluía los impuestos sobre maquinaria y materias primas y los impuestos municipales. Estas exenciones se concedían para el establecimiento de nuevas industrias, la expansión de la producción de artículos que ya se manufacturaban en la Isla y para la construcción de facilidades hoteleras, como la construcción del Hotel Caribe Hilton inaugurado en 1949 y financiado por la Compañía de Fomento. El Gobierno se hizo cargo de organizar una campaña de promoción y publicidad sobre Puerto Rico en los Estados Unidos y vendió las fábricas que venía operando durante la Segunda Guerra Mundial. De 1947 a 1950 se establecieron en la Isla más de 100 nuevas fábricas-- algunas de ellas pequeñas--que iban dejando ver los efectos de la campaña de promoción en los Estados Unidos. Estas industrias tuvieron un marcado impacto en el número de empleos. Parecía que la alternativa más efectiva era fomentar industrias que importaran la materia prima para elaborarla en la Isla y luego exportaban el producto terminado. El proyecto “Manos a la Obra” ayudó directamente a las empresas proveyéndoles edificios, adiestramiento de personal y el financiamiento de modo que Puerto Rico resultó más atractivo que en otros lugares.
Este programa de gobierno desarrolló nuevas corporaciones y leyes que contribuyeron a la industrialización del país. Se estableció el Banco Gubernamental de Fomento para el financiamiento de industrias locales y extranjeras. También se creó la Ley de Exención Contributiva para promover el establecimiento de compañías extranjeras en la Isla sin que pagaran impuestos. Además, se dividieron las funciones de la Autoridad de Fuentes Fluviales con la creación de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, para proveer de agua potable a toda la Isla. El enfoque principal de la Operación Manos a la Obra era atraer capital extranjero, para desarrollar fábricas en Puerto Rico. Para esto, se crearon condiciones atractivas para los inversionistas. La más impactante de todas era la Ley de Incentivos Industriales, de 1947, que establecía que, por los primeros diez años de operación en la Isla, las corporaciones no tendrían que pagar impuestos por las ganancias obtenidas. Este período de gracia se extendió luego a 25 años. Asimismo, el Gobierno construiría las fábricas para, después, alquilarlas a las corporaciones. La mano de obra económica era un incentivo adicional. Los salarios pagados en Puerto Rico eran mucho menores que los devengados por los obreros estadounidenses. Para fines de la década de los cincuenta, las fábricas empleaban en la Isla a más de 60.000 personas y el salario mínimo aumentó un 124.
La historiadora María Elena Carrión estableció que el principal logro del programa industrial Manos a la obra fue que consiguió su objetivo de rápida industrialización y crecimiento económico. Evidencia de que hubo industrialización en Puerto Rico fue que el sector agropecuario descendió. Al mismo tiempo, el manufacturero aumento su participación en la economía. Otros cambios producidos por la industrialización fue el crecimiento en el sector financiero.
No todo lo que brilla es oro, por tanto, hay que ver la otra cara del Proyecto Manos a la obra que produjo disloques sociales. El Proyecto Manos a la Obra genero crecimiento, pero no empleos. Los empleos creados en la manufactura no compensaron suficiente la perdida de las plazas en la agricultura por la decadencia del azúcar, el café y el tabaco. Por otro lado, el Proyecto ayudo en el descenso en la tasa de mortalidad que resulto en un aumento en la expectativa de vida. Respecto a las políticas sobre natalidad durante los años 50 y 60 del siglo XX, agencias privadas como la International Planes Parenthood Federation, dirigida por Margaret Sanger,4 y el gobierno de Puerto Rico, llevaron a cabo campañas financiadas por el gobierno federal de EEUU para el control de la población de la isla, con el objeto de esterilizar a tantas puertorriqueñas como fuese posible. Con este fin, se reclutó a trabajadores de la salud pública, para alentar a las mujeres de Puerto Rico a someterse a procedimientos de esterilización a un costo mínimo o gratuitamente. Finalmente, incluso Luis Antonio Ferré, candidato a la gobernación de Puerto Rico por el Partido Nuevo Progresista protestó por el hecho de que ciertas empresas norteamericanas se negaban a contratar para su factoría de Cayey a cualquier mujer que no estuviese esterilizada. Paradójicamente, las empresas cementeras manejadas por la familia de Ferré habían resultado enormemente favorecidas por la Operación, siendo hoy el Grupo Ferré-Rangel el grupo empresarial hispano más grande de los EEUU. Por este tipo de denuncias, Luis Muñoz Marín se vio forzado a intervenir y moderar el papel del gobierno en estas políticas.

En 1968, un demógrafo puertorriqueño concluyó en un estudio de que un tercio de las mujeres en edad de procrear en la isla habían sido esterilizadas. Esta tasa indica que existían diez veces más mujeres esterilizadas en la isla que en EEUU (Roberts 1997: 94). Más de un tercio de las mujeres entrevistadas desconocía que la ligadura de trompas era un método irreversible de contracepción. El eufemismo "ligar las trompas" hacía que las mujeres pensasen que el procedimiento era fácilmente reversible. (Krase 1996). Todavía en 1981, más del 39% de las puertorriqueñas aptas para concebir estaban esterilizadas.5

La ciudadanía pudo empezar adquirir sus viviendas propias a mediados de los sesenta el ochenta por ciento de las familias puertorriqueñas eran dueños de sus hogares. Sin embargo, la creación de una economía informal represento una baja tasa de participación laboral y la emigración fueron dos importantes válvulas de escape social durante ese supuesto periodo de prosperidad.
El primero en usar esta denominación fue el primer gobernador del Estado Libre Asociado, Luis Muñoz Marín en un discurso de 1949 ante el Comité de Tierras Públicas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. «We are trying to lift ourselves by our own bootstraps» («Estamos tratando de salir adelante por nuestros propios medios»). A pesar de esta afirmación el plan en realidad se apoyaba en la inversión extranjera.

Uno de los principales inspiradores de Manos a la Obra fue Teodoro Moscoso. Dentro de este programa, el sector secundario del país fue ganando importancia de forma progresiva. Se partía de la concepción de que la economía de Puerto Rico -basada en el sector agrícola y ganadero- era insostenible, entre otras cosas por la elevada densidad de población. En el marco de este plan, el Departamento de Fomento del gobierno boricua favoreció el establecimiento de fábricas estadounidenses en la isla, basándose en los bajos costes salariales comparados y el acceso libre de impuestos a los mercados continentales. Fomento invitó a inversión de capitales exteriores, importando las materias primas y exportando los productos manufacturados al mercado de EEUU; también se dispusieron exenciones fiscales y facilidades para alquilar suelo industrial. Como resultado de todo ello, la economía de Puerto Rico sentó sus bases en la fabricación de productos y el turismo. En su campaña para atraer inversiones, el Departamento de Fomento de Puerto Rico se sirvió de agencias publicitarias estadounidenses, incluyendo una encabezada por David Ogilvy con el objeto de crear una imagen del supuesto renacimiento que estaba viviendo la isla. Las empresas norteamericanas respondieron rápidamente, invirtiendo primero en industrias con bajo coste salarial como la de la alimentación, tabaco, textil-piel y electrodomésticos, y posteriormente pasando a otras más tecnificadas, como la industria farmacéutica y química, producción de maquinaria y fabricación de aparatos electrónicos.

Gracias a este proyecto, Puerto Rico pasó de ser una sociedad rural basada en la agricultura a otra industrial, basada en las diferencias de clases según la propiedad de los medios de producción. Aunque inicialmente la Operación pareció tener éxito en los años 60, la economía de Puerto Rico comenzó a verse amenazada por el desempleo como consecuencia del aumento de los costes laborales y la competencia exterior en las industrias que empleaban mano de obra intensiva.
En el aspecto político aumentó la dependencia de Puerto Rico de los capitales estadounidenses, impidiendo el desarrollo de una economía autónoma, sostenible y soberana. Una de las consecuencias políticas más destacadas de ello podría ser el progresivo descenso del apoyo popular a las opciones independentistas a lo largo de los años, ya que la mayoría de los puertorriqueños asumen que la isla necesita imperiosamente el control y apoyo de EEUU para su supervivencia económica.
En lo que respecta al plano social, grupos defensores de los derechos humanos, así como por la Iglesia Católica argüían que el gobierno favorecía mediante políticas agresivas el control de la natalidad, fomentando la esterilización quirúrgica y facilitando la emigración de puertorriqueños, para hacer descender artificialmente las cifras de desempleo.3

El demógrafo Jorge Duany, señala que: "Puerto Rico tiene el dudoso privilegio de poseer una de las tasas más altas de emigración en el mundo". En 1940, antes de la llegada de la Operación Manos a la Obra, el 96% de los portorriqueños vivían en la isla. Este porcentaje bajó radicalmente, en cuanto se inició la destrucción de puestos de trabajo en el sector primario. En 1960 había caído al 72%, y en 1980 al 61%. En 2004 es cuando se cruza el Rubicón en este éxodo: la mayoría vivía ya fuera de la isla, principalmente en EEUU. Esta migración masiva se estimuló, no sólo a través de promesas de disponibilidad de empleo en los Estados Unidos, sino también por medio puentes aéreos con billetes a precios módicos. En 2009 alcanzaba los 448 habitantes por kilómetro cuadrado, frente a los 91 de España, 54 de México o 32 de EEUU, según datos del mismo año.
De la manufactura a la industrialización intensiva de capital                   
.En Puerto Rico el problema económico siempre ha sido un tema  cadente y necesario . Entre los elementos han afectado nuestras finanzas uno primordial es el status político. Por más de seis siglos hemos sido sucursal de otras naciones .




[1] Antonio Gonzalez . Economia Politica de Puerto Rico San Juan , Puerto Rico , Editorial Cordillera , 1971  , pag 11.
[2] La historiadora María Inés Barbero nos dice que: “la expresión segunda revolución industrial se utiliza para hacer referencia al conjunto de innovaciones técnico -industrial fundadas en el acero barato, la química, la electricidad, el petróleo, el motor de combustión interna, la nueva empresa moderna y nuevos tipos de gestión del trabajo y organización industrial que emergen durante el último tercio del siglo XIX,
[3] Edwin Irizarry Mora. Evolución histórica de la economía de Puerto Rico. Disponible en: www. enciclopedia .org. Recuperado el 8 de enero de 2016.
[4] Silverio Pérez. La Vitrina rota o qué carajo paso aquí. San Juan Ediciones Callejón, 2016 pág. 128. 
[5] Linda Colon. Pobreza en Puerto Rico radiografía del Proyecto Americano. San Juan, Editorial Luna Nueva 2006 pág. 165
[6] Rafael Pico. Geografía de Puerto Rico. Rio Piedras, Puerto Rico, Editorial Universitaria, 1964, página 164.
[7] Mario Cancel. Disponiblenhttps://historiapr.wordpress.com/2008/03/11/economia_cultura_1898_1917/. Recuperado el 17 diciembre de 2016.
[8] Amílcar Cintrón Agile. La inclusión de Puerto Rico en las leyes de cabotaje y su impacto económico en la isla. Disponible en: www.enciclopedia de puerto rico. con
[9] Adam Smith. La Riqueza de las Naciones. Buenos Aires, Longseller , 2002 pág. 116.
[10]   Linda Colon. Pobreza en Puerto Rico Radiografía del Proyecto Americano . San Juan, Editorial Luna Nueva 2006 pág. 180
[11] Silvestrini, B. G., & Luque de Sánchez, M. D.  Historia de Puerto Rico, trayectoria de un pueblo. San Juan: Editorial Cultural, 1991.

[12] Estaban Bird .Financiamiento Industrial de Puerto Rico  pág. 24
[13] Luis Diaz Soler
[14] Jorge Bolivar Fresnada .
[15] Ibid
[16] Antonio Gonzalez . La Economia Politica de Puerto Rico .
[17] Henry Wells . La Modernización de Puerto Rico 

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