El Perfil del Corrupto
San Juan, 9:00 a.m.) La palabra corrupto está en boca de todos. El uso del vocablo se intensificó desde los escándalos que sacudieron la administración de Ricardo Rosselló Nevares y el desmadre que ocurrió tras su renuncia. Tanta repetición me llevó a preguntarme qué características tienen los corruptos y cuál es la definición de corrupción.
El diccionario de la Real Academia Española, define corrupción como la práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de las organizaciones, especialmente las públicas, en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.
La corrupción comienza a gestarse desde la infancia. Nos volvemos egoístas y ambicionamos más de lo que poseemos. Llegamos a la escuela, nuestro espíritu egoísta se fortalece y en ocasiones no se nos corrige. Ejemplo tomas un lápiz y no lo devuelves. Es algo simple, pero te estás apropiando de un objeto que no es suyo. Se realizan cambios de notas por el espíritu de competencia. Todas esas pequeñas acciones son muestras que hemos creado una sociedad corrupta. Es decir, una sociedad donde el poder y las posesiones se convierten en símbolo de estatus social y no se corrigen las incipientes señales de apropiación ilegal, degenera en una corrupta.
Varios estudios de psicología coinciden en que el corrupto, a pesar de no ser enfermos mentales, tienen ciertos rasgos similares a los psicópatas. Los psicópatas son individuos depravados moralmente, con un deficiente control de sus emociones e impulsos. Tienen una capacidad nula para la adaptación a las normas éticas y sociales. Poseen gran tendencia a la violencia planificada. Están dotados de inteligencia y habilidad para mentir y convencer. Son carentes de emociones y de ansiedad y por tanto de temor. En ningún caso quiere decir esto que haya una estrecha relación causa-efecto, ni de ningún tipo, entre los corruptos y lis psicópatas, simplemente coinciden en algunos de los rasgos que presentan ambos. (Cualquier similitud con un político desbancado recientemente es pura coincidencia).
La situación por la que atraviesa Puerto Rico está enmarcada en problemas provocados por violencia institucional la que, a su vez, está vinculada con el perfil del corrupto. De hecho, entre las características que tienen los corruptos prevalece la tendencia a la violencia (aunque no sea física). Los corruptos son fríos y calculadores. A ellos no les importan perjudicar a otros después que obtengan alguna ganancia.
El corrupto se percibe exitoso, señala logros en todos sus trabajos. Percibe la corrupción ajena, pero niega la propia (como dice la Biblia, ve el pecado ajeno, pero no el suyo) No tienen sentimiento de vulnerabilidad. Creen que las cosas que hacen, no serán descubiertas, no se les podrá juzgar o nunca serán castigados.
Los corruptos tienden a ser ‘narcisistas’, son verdaderos ególatras y carecen de emociones para conectar con los demás. Necesitan ser admirados y se creen superiores al resto de sus congéneres.
Tienen un modus operandi y vivendi que les lleva a satisfacer sus propias ambiciones y satisfacer su ego. Podemos indicar que su comportamiento es similar al de un niño de 6 años, incluyendo las rabietas de los niños malcriados.
Una característica que es una constante en el comportamiento del corrupto es la mentira. Son mitómanos que siempre están correctos, aunque se les demuestre lo contrario.
Parece increíble, pero los corruptos han triunfado en todas las profesiones. Pululan en los círculos intelectuales. Los corruptos son seres con un alto derecho a equivocarse y sobre todo a meter la pata como los demás, pero buscan rodearse de grandes privilegios y altos cargos, los que los lleva a encubrir sus errores. Son los artífices del lisonjeo, seducen a las masas y aprenden a utilizar esta habilidad para obtener ganancias desmedidas. Esta capacidad de seducción y la habilidad de hacerse de secretos que pueden perjudicar a otros, los convierten en el arma secreta de todos los partidos políticos y de otros colectivos de la sociedad.
Los corruptos poseen una gran inteligencia, sus ideas son organizadas, pero todas son conducentes a lograr sus fines.
Destaca sobre todas sus características, la frialdad emocional. Esta “fríamente calculada” característica, que se asocia a una gran inteligencia, los lleva a simular integridad y ética, que, para nada poseen, pues sólo piensan en alcanzar sus objetivos del modo que sea, a costa de cualquier perversidad y sin importarles a quien pisotean en su ascenso social y económico
Parecería que los corruptos son como una bola de nieve y van creciendo día a día. La situación es como vamos a derretir la bola de nieve y que no resurja más.
Nos debe quedar claro que la corrupción nace del corazón humano (emociones y sentimientos), que se deja guiar por la soberbia y el egoísmo, en lugar de por el servicio, la justicia y el amor.
La corrupción que desgarra al pueblo puertorriqueño en la política, constituye una afrenta grave a la dignidad de las personas porque reclaman derechos particulares para un grupo en detraimiento de los derechos de los demás. El papa Francisco ha dicho: “Hay que luchar contra el virus de la corrupción”.
La herramienta para combatir la corrupción es la educación. En especial una educación liberadora en donde el educando no puede esperar que la escuela se lo de todo. La institución es el entender que motiva, pero el educando tiene que buscar también por su cuenta. Así que nos toca realizar campañas para fomentar la lectura que al final de cuentas es lo que le dará poder, libertad y juicio.
Otra herramienta para eliminar la raíz de la corrupción es fortalecer la familia como institución. Posterior a fortalecer los vínculos familiares entre estos hay que cultivar los valores positivos.
No olvidemos que el principal problema del corrupto es la violación a los derechos de los demás. Es una infracción continua, que se inicia con el irrespeto y termina con la supresión de las libertades.
La lectura y el pensamiento crítico que esta forma es el arma esencial para fomentar valores positivos y desarrollar estrategias en contra de los corruptos que pretenden controlar la sociedad para beneficio propio y de sus asociados. Volvamos a la lectura de los clásicos, vale la pena repasar a Cicerón, Maquiavelo y Homero, sin dejar atrás la Divina Comedia, ya que en estos momentos parecería que todos habitamos en el Infierno de Dante.
No permitamos la manipulación. Desenmascaremos a los corruptos como lo hizo el chat de Telegram. Los puertorriqueños y puertorriqueñas somos gente de profundos principios que queremos un país donde podamos bailar en las calles en libertad, justicia y bienestar.
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